Cambiando de tema, una entrevista a Nico Rosberg antes del GP de Hungria en la que habla sobre Schumacher, Brawn y Mercedes en general.
Pregunta. ¿Su primer coche?
Respuesta. Un Audi RS6 que me compró mi padre. No quería que condujera uno pequeño porque, según él, son mucho más inseguros.
P. Pero el RS6 tiene casi 500 caballos.
R. Concretamente, 520. Era muy divertido y también rápido.
P. La mayoría de los que comparten la pista con usted le consideran uno de los cinco mejores pilotos. ¿Le frustra no darles la razón con sus resultados?
R. Es la situación que me toca vivir ahora. Nadie podría ganar con mi coche. Hay tres equipos, Red Bull, Ferrari y McLaren, que están por delante de los demás. A mí me toca esperar a que se mejore mi coche. A finales de este curso o principios del que viene, creo que podré pensar en ganar.
P. ¿Cómo se siente un alemán que firma por Mercedes el año del regreso de la marca a la F-1 y, de repente, se entera de que su compañero será nada menos que Michael Schumacher?
R. Por un lado, me hizo ilusión porque iba a tener la oportunidad de aprender mucho de él. Pero también me asusté un poco porque era consciente de la relación tan buena que tiene con Ross Brawn [el jefe de la escudería] desde hace muchos años. Sin embargo, ese miedo desapareció pronto al comprobar que Ross es muy buena persona, muy inglés, muy correcto. Respecto al trato, no tengo quejas porque mi coche es idéntico al de Michael.
P. Rubens Barrichello, compañero de Schumacher en Ferrari, le aconsejó entonces poco menos que se largara por piernas. ¿Le dio muchas vueltas?
R. Pensé en ello, pero me di cuenta de que Michael no es mala persona. Intenta hacer todo lo posible para ganarme del mismo modo que yo para ganarle a él. No somos amigos, pero nuestra relación es correcta.
P. ¿Qué se aportan?
R. Somos complementarios porque tenemos un estilo de conducción muy similar.
P. Cada vez que abre la boca, Schumacher demuestra un inusual respeto hacia usted. ¿Le enorgullece?
R. Es verdad, pero seguramente ocurre porque, por lo normal, termino por delante de él. No creo que pasara igual si me ganara siempre. Correr contra él es muy duro porque es muy bueno en todos los aspectos, desde la conducción hasta el trabajo con los ingenieros, el proceso de puesta a punto del coche...
P. ¿Con qué animo afronta las carreras? ¿Con qué metas?
R. Mi objetivo es terminar el séptimo. Con este coche, para mí, es como ganar. Eso solo lo consigo si hago una carrera perfecta. Es el máximo hoy por hoy.
P. ¿Cómo convive con la presión de correr para Mercedes y saber que no puede pelear por ganar?
R. Todo el equipo trabaja para ganar y estoy seguro de que, con un poco de tiempo, lo conseguiremos. No se puede llegar a la F-1 y pretender hacerlo directamente. Red Bull tardó cinco años. Cuando fichó a Michael, Ferrari tuvo que esperar otros cinco. Nosotros esperamos conseguirlo un poco antes.
P. ¿Lo pensaba cuando fichó?
R. Sabía que no iba a ser inmediato. Todos [señala al motorhome] creíamos que íbamos a tardar uno o dos años. Ahora ya sabemos que nos llevará un poco más de tiempo.
P. ¿En qué áreas debe mejorar más su bólido?
R. En todas. Hay que mejorarlo en general: en aerodinámica, en el factor mecánico, en disminuir su peso... El motor va bien, pero con el sistema de escapes soplados, que no deja de ser una parte muy importante de la aerodinámica, hay mucho margen de mejora. Tenemos trabajo.
P. ¿Cuántas veces ha pedido a Brawn que invente algo nuevo como en su día
hizo con el doble difusor?
R. ¡Bufff! Muchas. Pero él no es el responsable directo del diseño del coche. Ross es una especie de coordinador general. Está claro que si tiene alguna idea se la traslada a los ingenieros técnicos, pero esa no es su función principal.
P. ¿Qué le ha sorprendido de trabajar con él?
R. Estar con él es interesantísimo. Es muy buen tipo y llama mucho la atención la forma que tiene de trabajar con la gente que le rodea. Aprendo mucho de él. Y no solo sobre los coches, sino también sobre los diferentes aspectos de la vida, del trato con las personas... Pero eso también me ocurre con Schumacher. Hace un mes, Ross nos reunió a todo el equipo en una sala y nos preguntó, uno a uno, si alguien no se veía con fuerzas para luchar por ganar en estas condiciones. Su método es muy bueno porque sabe cómo motivar. Y, la verdad, si te paras a analizarlo un poco, con Brawn y Mercedes detrás, todos sabemos que podemos ganar.
Fuente: elpais.com