He redactado un pequeño artículo y me apetece postearlo también aquí. Espero que os guste.
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Parece cómo si fuera ayer. Después de saborear la gloria durante dos años consecutivos Fernando ponía rumbo a Woking para proseguir su carrera de Formula 1 llena de triunfos y alegrías. Dejaba atrás al equipo con el que se hizo grande, a toda su gente que siempre confió en él. Dejaba atrás haber batido a los más grandes y ahora, solo le quedaba agrandar aún más su palmarés como Campeón. Eso nunca sucedería.
Después de una amarga temporada en McLaren con varias decepciones y muchos desentendidos, Fernando regresaba a Renault, sin embargo el equipo ya no era lo que fue años atrás y tan si quiera pensar en el podio era una odisea. El 30 de Septiembre de 2009, dos años después, se confirmaba el rumor que todos esperaban desde hacía mucho tiempo: Fernando Alonso fichaba por el equipo más laureado de la Formula 1; fichaba por El Equipo, Fernando se vestiría de rojo Ferrari las próximas tres (3) temporadas. La travesía en el desierto había llegado a su fin en forma de un saciable y apetitoso lago rojo en medio de dunas de arena. El español igualaría y superaría a su ídolo Senna en número de títulos; después a Prost, luego a Fangio y por fin, al Gran Schumacher. Eso tampoco sucedió.
El 2009 fue un año de cambios, la normativa cambió de calzoncillos y los coches, más pesados y con menos prendas se tornaban más feos y lentos. Pero eso no era lo más importante en el Reino Glorioso de Maranello. Una sola victoria en Spa-Francorchamps del Príncipe de Bégica (para Rey le quedan algunas), en horas bajas de Brawn Gp consolidaba el año como mediocre alcanzando solamente el 4º puesto en el Mundial de Constructores. En 2010 las cosas iban a cambiar, el año de transición acabó y se habían aprendido la lección al dedillo.
El destino quiso ser metafórico y Fernando/Ferrari ganó en el desierto, en el primer Gran Premio de la temporada en Baréin. Qué mejor escenario para desquitarse. Pero como suele ocurrir a veces ahi, todo era un simple y cruel espejismo. La sequía no había hecho nada más que empezar.
Adrian Newey lo volvió a hacer, ¡y vaya si lo hizo! Cuatro (4) años seguidos sin poder hacer sombra a un coche que sólo daba señales de debilidad cuando se rompía. Ni así fue suficiente, y menos cuando tienes el enemigo en casa. Una mala estrategia en Abu Dabi '10 dejó a Fernando con la miel entre los labios, la abeja no se dejó atrapar y el alimento de los Dioses que tanto ansiaba probar de nuevo seguía resistiéndose.
En las siguientes temporadas el coche nunca estuvo a la altura de las circunstancias. Aún y todo se las arregló para luchar hasta el final pero la suerte seguía sin sonreirle. Y cuando se remueve la tierra, el volcán estalla. El matrimonio Ferrari/Alonso se estaba distanciando, ya no se entendian, la magía estaba acabándose y la ruptura parecía inminente. Entonces saltó el notición: Kimi Raikkonen regresaba a Ferrari para junto con Alonso, volver al equipo italiano a la gloria. Muchos creían que con otro piloto y otro enfoque las cosas cambiarían, Massa no estaba a la altura de Alonso pero ''IceMan'' sí.
Las cosas cambiaron sí, pero a peor. Un coche lento pero fiable, la apuesta de la Scuderia para la nueva normativa de motores turboalimentados no funcionó y el dúo de campeones se veía sufriendo en cada carrera para arañar un par de puntos de las migajas que dejan los demás. Ahora sí que estaba claro que el piloto no era el problema, sin embargo algunos no cesaban en su empeño de que eso es así ''porqueyolovalgo'' y echaban más carbón a las ascuas. Y cuando uno ya no puede aguantar el calor se quita la chaqueta y va a buscar algo más ligero. Por suerte el mercado es grande y tiene dónde elegir. Una informal y fresca camiseta, ideal para cualquier lugar; un polo elegante y fino que puede funcionar o incluso una camiseta de tirantes, nunca sabes por dónde van a tirar las nuevas tendencias y aunque puedes hacer el ridículo también puedes ser el amo de la fiesta, quién sabe. O también puedes volver a ponerte la chaqueta, atar los botones y acurrucarte a esperar que vuelva el invierno. Tarde o temprano tendrá que venir, eso está claro, la cuestión es que ya no quedan demasiadas primaveras y hay que elegir rápido.
Yo de momento voy a prepararme un café y a mirar por la ventana, desde casa se ve todo más confortable. No me gustaría estar ahí fuera, sin embargo, admiro mucho a los valientes que pese a todo, llueva o nieve, haga calor o tengan el viento en su contra, nunca se rinden y siempre luchan contra la tempestad.