Quizá deberíamos preguntar a sus compañeros de equipo, pues podemos llevarnos una sorpresa. "Es el mejor que he conocido, no hay ninguna duda. Como piloto está un paso por encima de todos contra los que me he enfrentado; es brillante en todos los aspectos... y es terriblemente rápido" señalaba Keke Rosberg, piloto contra el que Prost se batió el cobre en 1986 dentro de McLaren. Hay que recordar que Alain fue quien "retiró" a Niki Lauda, que le puso el apodo de "Fast son of a bitch", "Rápido hijo de puta" en español.
Nadie duda del temperamento frío y calculador del piloto francés dentro de la pista. Llevando a cabo carreras "tácticas" para conseguir el botín suficiente de puntos que le permitiera asegurarse el campeonato, tal y como hizo en las últimas carreras de 1985. Esta imagen ha sido ampliamente criticada, la gente quiere ver pilotos que lo den todo en todo momento sin pensar ni importarles las consecuencias de sus acciones. Y sin embargo, la inteligencia en pista es una de las cualidades más valoradas por los expertos. No obstante, Prost ha demostrado innumerables veces su pericia con el pie derecho. En 1986, durante el Gran Premio de Bélgica Prost tocó la barrera interior de La Source y posteriormente colisionó contra Berger, lo que dañó el alerón delantero y la parte trasera de su McLaren. Tras parar, "El profesor" consiguió llegar hasta la sexta posición con un coche que, según el diseñador del equipo, John Barnard, parecía un plátano. Sin embargo, la cobardía del francés quedó retratada en 1988, al no levantar el pie cuando Senna lo arrinconó contra el muro en Estoril, a casi 300 km/h, o en 1986 cuando se apeó de su coche para empujarlo en el asfalto de Hockenheim, con bólidos pasando por su lado a 230 km/h.
En 1988, Senna, según las recomendaciones de Prost a Ron Dennis, ingresó en el equipo, y con él trajo a la gente de Honda. A la hora de hablar de la rivalidad entre ambos dentro del equipo de Woking, pocos recuerda este último dato. Es recurrente decir que el francés consiguió su título de 1990 gracias a la intervención del entonces presidente de la FISA, Jean- Marie Balestre; pero nadie apunta que Alain vivió dos años en un equipo donde la marca que ponía los motores, tenía una estrechísima relación con su compañero de equipo, pues a parte de toda la colaboración publicitaria, Senna ayudó a desarrollar el modelo NSX de Honda. No se trata de una acusación, pero al igual que Prost pudo tomar ventaja de sus "juegos políticos", Senna pudo obtenerla de su relación con Honda. El enemigo estaba en casa, y la casa, se inclinó hacia Brasil. Décadas después, ocurriría lo mismo dentro de McLaren, pero ahora con Hamilton y Alonso, y por mucho que a algunos les duela, el papel de Prost le tocó al español, quien, por cierto, tiene una técnica y una actitud al volante muy similar a la del tetracampeón francés.
Dentro de este juego, ni hay víctimas ni hay culpables, simplemente se trata de dos formas de ver una historia y de interpretarla. Sin embargo, por qué cada vez que se habla de la rivalidad interna dentro de McLaren durante los años '88 y '89 es Prost quien sale perdiendo. En mi opinión, Senna consiguió su propósito, aplastar al francés tanto dentro como fuera de pista y, premeditadamente o no, el brasileño hizo quedar al francés como un auténtico perro. Tal y como apuntábamos párrafos atrás, la muerte de Senna fue el culmen del carisma y la simpatía que despertaba magic. Pero, qué hubiera pasado si Prost hubiera sido el conductor del FW16 durante el Gran Premio de San Marino de 1994. Cómo sería la historia si Prost hubiera muerto en carrera y Senna siguiera vivo. Quizá lo veríamos todo con ojos diferentes. Quizá nos acordaríamos de los años en los que Prost vivió en McLaren bajo el yugo de un compañero que tenía el respaldo de toda la escudería y del fabricante de motores. Se hablaría de Ayrton como el tramposo que arriesgó su vida para echar a Prost de pista en 1990 en Suzuka y así ganar su segundo título. Nos referiríamos a Senna como el lobo con piel de cordero, que jugaba con su imagen para caer bien fuera de pista, pero dentro era un corredor sucio y temerario.
No, evidentemente, esa no es la imagen de Senna, y tampoco creo que sea la realidad. Desde mi punto de vista, Ayrton fue un extraordinario piloto y una magnífica persona que murió en terribles circunstancias. Pero Prost no es el lobo. Es uno de los pilotos más grandes de la historia, me atrevería a decir incluso que de los 5 mejores, que vivió en una época difícil y que dio al mundo una imagen que no se correspondía con la verdad. Todos echamos de menos a Senna, pero como el mismo astro brasileño dijo en San Marino minutos antes de morir, "We all miss you Alain".