de el Confidencial
Haciendo la maleta para Malasia, siempre un GP especial! Súper circuito. Primera pole y podio allí, y tres victorias con tres equipos diferentes. Feliz?.
Este martes, Fernando Alonso recordaba en Twitter su especial afinidad con el circuito de Sepang. Como esa jugada inverosímil de Messi, o aquel inesperado gol que Cristiano Ronaldo se saca de la manga, así -aquel 25 de marzo de 2012- el piloto español se marcó una victoria irreal para las condiciones en las que Ferrari inició aquella temporada.
Un monoplaza "inconducible"
7 de febrero, en Jerez, primer día de pretemporada. A Fernando Alonso y Felipe Massa se les cayó el alma a los pies. El F2012 iba a "su bola", "era inconducible", recordaba Massa tras estrenar el F318, ?es de otro planeta si se compara con el año pasado?. ?Hace dos años teníamos una máquina que, al comienzo de temporada, si girabas a la derecha, se iba a la izquierda?, reconocía Stefano Domenicali en la revista Autosprint hace pocas fechas.
Con semejante ?hierro, con un monoplaza ?bizco? por inconducible, Alonso acabó fuera del asfalto en el Q2 de Australia. Aquella tarde dio un desesperado grito de alarma al equipo y a la opinión pública. Estaban a 1,5 segundos de McLaren. El domingo, en una de sus habituales faenas de aliño con morlacos de cuarta, terminó quinto.
A 1.3 segundos en los entrenamientos
Malasia llegaba a continuación. ?Una vez más correremos a la defensiva?, declaraba Alonso antes de la prueba, ?no hay otra forma dado que el F2012 es prácticamente idéntico al coche usado en Australia. Tendremos que adaptarnos lo mejor posible, sabiendo que no será fácil?. En Ferrari trabajaban a destajo para las profundas modificaciones que se introducirían en Montmeló, quinta carrera de la temporada. Hasta entonces, había que intentar no perder terreno sumando todos los puntos que pudieran caer.
En los entrenamiento de Sepang, el F2102 ya volvió a derrotar por donde se le antojaba, metiendo el cuerno por el sitio menos inesperado. Totalmente inconsistente en la entrada y salida de curva, tampoco se acertaba con la ventana de uso del neumático. El concepto inicial de los escapes de soplado del F2012 no funcionaba. Alonso entró en el Q3, sin kers, a 1,3 segundos de Lewis Hamilton.
La lluvia, en ayuda de Alonso
El domingo, sin embargo, llegó el maná en forma de lluvia diez minutos del comenzar la carrera. Todos con intermedios. Semáforo verde y lluvia que arrecia. Sergio Pérez, iluminado, entró en la primera vuelta para poner gomas de agua. Alonso era quinto, pero oliendo ya a sangre con las condiciones, porque sobre mojado se enmascaraban las deficiencias del F2012.
La lluvia fue a peor. Zafarrancho general para poner gomas de agua. Alonso se puso cuarto al adelantar a Vettel en boxes. Pero la lluvia arreció y forzó la bandera roja. Cuando cincuenta minutos después se volvió a la pista, los intermedios eran de nuevo la norma. En McLaren quedaron neutralizados inesperadamente. Al británico le rompió la carrera un toque con Karthikeyan, y a Hamilton su propio equipo.
Machacando las bielas de la bicicleta
Y aquí apareció Alonso. Desde la vuelta 16, y durante veinticinco vueltas, el español agachó la cabeza sobre el manillar y comenzó a machacar las bielas de su bicicleta. Tiraba como un poseso, había que aprovechar aquellos momentos porque la pista se volvería a secar. Pérez y Hamilton se habían quedado lejos. En la vuelta 30 ya tenía ocho segundos de ventaja.
La pista, efectivamente, se secó. El F2012 volvía a ser el bicho de cornada imprevisible y Alonso hacía 'malabarismos' de nuevo. Pérez comenzó a comerle las diferencias: 1.4 segundos , 1.8, 0.7, 1.0 , 0.5? En la vuelta 49 el mejicano estaba a medio segundo. Para colmo, Alonso se había quedado sin telemetría, y recibía vía radio en cada vuelta la información de combustible y kers. Llegó el momento clave para Ferrari y su piloto. ¿Qué hacer? ¿Entrar antes y montar lisos, arriesgando con la lluvia que volvía a amenazar? ¿O quedarse en pista y ser superado por el Sauber si este entraba antes?
?Sergio, ten cuidado, necesitamos este resultado?
Mientras los suizos se pensaban la jugada, Ferrari les robaba la cartera. Ferrari llamó a Alonso en la vuelta 40 y salió con lisos. Sauber metió a Pérez una vuelta más tarde, que rodaba ya sin ?desodorante? y con unos neumáticos intermedios ?achicharrados?. Antes de entrar ambos, estaban a 1.7. Después, el mexicano rodaba a siete segundos del español. Vuelta a empezar. Quedaban catorce vueltas para la bandera a cuadros.
A falta de seis, Pérez se colocó de nuevo a medio segundo del español, que le marcaba el terreno con trazadas contundentes. Y entonces, llegó aquel mensaje por radio: ?Sergio, ten cuidado, necesitamos este resultado?. El peor mensaje para un piloto en aquellos momentos. Perez quería desesperadamente situarse a la estela de Alonso en la curva 14 para activar el DRS al final de la segunda recta. Causa o efecto del mensaje, en la entrada de la 13 se fue el morro, toco la zona húmeda y pisó el piano.
Un Andrea Stella emocionado
En Ferrari aún no podían respirar. La lluvia amenazaba de nuevo y Alonso seguía con lisos. Pero no iba a soltar la presa. Massa terminó decimoquinto. ?Es una de las más, más hermosas (victorias), estamos muy orgullosos de ti y del equipo?, le lanzaba por radio un emocionado hasta las lágrimas Andrea Stella. En su vuelta de la victoria Alonso pegó más y más puñetazos al aire, y comenzó a hacer sus famosos pajaritos una y otra vez?
Con su triunfo, Fernando Alonso había desempatado con Jackie Stewart a victorias y al Gran Premio de España llegaría como líder del campeonato. Impensable. ?Lo que siempre buscas es ese coche que está cosechando puntos, que no debería estar ahí, y buscas quién es el que lo pilota... Y, de forma abrumadora, es Alonso?, explicaba el pasado año Martin Whitmarsh. Como nunca, en el aquel Gran Premio de Malasia de 2012, Fernando Alonso se inventó un gol imposible.