Durante toda mi carrera he corrido siempre con la bandera española en mi casco, y estoy muy orgulloso de representar a España ante el mundo?. Fernando Alonso ?calentaba? ayer el ambiente ante el próximo Gran Premio de España haciendo gala, una vez más, de un fuerte sentimiento de identificación con su país y su público.
No son palabras huecas. Muchos españoles quedarían con la boca abierta -y hasta orgullosos- si conocieran algunas actitudes y respuestas a título personal -no conocidas por el público- que el asturiano ha mantenido frente a quienes, en momentos concretos, han cuestionado la imagen de España.
?Un sentimiento especial?
En su blog de la página oficial de Ferrari, Alonso recordaba las victorias de Monza 2010 y España 2006 como las más intensas de su trayectoria, ?emociones que no obtienes de otras carreras?. Sin embargo, ?de las dos, quizás la de España sea la más emotiva para mí, viendo todas las banderas en las tribunas tienes dentro de tí un sentimiento especial, porque es tu país, y me hace sentirme orgulloso de ser español?.
Que un piloto de este país pudiera ganar algún día un gran premio se antojaba durante décadas algo peregrino. Alonso, sin embargo, ha ido más lejos al lograr dos títulos mundiales. Y, otro hito singular, también cuenta con una victoria ante los suyos. ?Probablemente, Barcelona 2006 fue la de mejores sensaciones de todas las que he tenido al ganar una carrera, lograr esa victoria fue algo especial, sintiendo la felicidad de la gente?.
Una vuelta estratosférica
En 2006, Fernando Alonso logró una contundente victoria sobre Michael Schumacher, su gran rival por el título en aquel año. Con trece vueltas rápidas en los dieciséis primeros giros, el asturiano rodó a un ritmo trepidante ante ciento treinta mil espectadores que abarrotaban Montmeló. Controló perfectamente la carrera, y logró un éxito extraordinariamente emotivo para el deporte español.
Alonso celebra con Flavio Briatore la victoria en el GP de España en 2006 (Reuters).
En su caso, el apoyo local parece insuflarle una especial motivación, como reconoce él mismo, ?te hace dar el máximo, y logras algo extra para una vuelta rápida en tu propio gran premio, porque prestas a todos los detalles un poco más de atención?. Quizás el asturiano recordara con estas palabras la estratosférica vuelta que dio en el último intento del Q3 del pasado año, donde ofreció la mejor prueba de lo que representa el apoyo y estímulo de sus seguidores.
Con un 150º escasamente competitivo, logró tal giro para sus propias referencias que incluso entró en boxes gritando bajo el casco por la euforia y la adrenalina. "Fue la vuelta perfecta, reconozco que si intentara repetirla veinte veces, no lo podría haber hecho mejor?, declaró al bajarse de su monoplaza, ?cuando haces una vuelta como esta, es difícil poner en palabras lo que uno siente: siempre en el límite, en cada curva es una sensación realmente especial para un piloto?. Aunque solo pudo ser cuarto, superó a Massa en un segundo. Al día siguiente, desde esa posición, llegó a la primera curva en cabeza.
(parte de la entrada de José Rubio en el confidencial)