Viví un Gran Premio de Japón muy diferente, ya que estoy en México. No pude comentarla en la televisión de Asturias, como lo hago en España, y tal vez ni siquiera hubiera podido verla en vivo, ya que el sábado estaría presente en la boda del benefactor de nuestro automovilismo: Carlos Slim Domit.
La cena inició justo al mismo momento que la carrera en Suzuka, pero gracias a la gran organización en la Plaza Carso se tenía listo un salón especial con tres pantallas gigantes. Como podrán imaginar, en el momento de la arrancada en esta habitación estaba la crema y nata del automovilismo mexicano con algunos invitados ilustres como Peter Sauber, Jaime Alguersuari padre, Jackie Stewart, Gerhard Berger y Chip Ganassi, sólo por nombrar algunos.
Por la lluvia, la calificación se pospuso un día. Algo muy raro, pero que me parece ya sucedió también en Suzuka 2004, cuando un tifón pasó por aquella región. Afortunadamente, el clima mejoró los Red Bull de Vettel y Webber dominaron la calificación. Lewis Hamilton, quien nunca se da por vencido, dio espectáculo pese a chocar el viernes. Se colocó tercero, pero fue relegado cinco lugares por cambiar la caja de cambios.
En la carrera, con un tremendo arranque, Robert Kubica se coló entre los Red Bull. Hamilton también hizo una buena salida y ganó dos posiciones, pero más atrás Petrov se tocó con Hulkenberg y Massa echó fuera a Liuzzi. El auto de seguridad salió durante unas largas cinco vueltas. En este momento, vemos que Kubica estaciona su Renault sin la llanta trasera derecha. Una gran pena, pues de nada le sirvió su magnífica partida.
Los cinco aspirantes al título encabezaban la carrera. Por unas vueltas, Button se quedó como líder por ser el único de los cinco que inició con neumáticos duros, pero la estrategia no le sirvió. Después de cambiar por las suaves, quedó atrás, con Vettel al frente, seguido por Webber, Alonso y Hamilton. El único cambio entre ellos ocurrió cuando Lewis perdió la tercera velocidad y cedió su puesto a Button.
Si no se dieron muchos cambios al frente, atrás se dio una buena pelea entre los Mercedes de Schumacher y Rosberg, además de los rebases kamikaze de Kamui Kobayashi, quien con la adrenalina extra por correr en casa divirtió mucho a su afición.
Vimos la mejor actuación del año de Michael Schumacher, en una pista de campeones. Los dos Sauber terminaron en los puntos, con Kobayashi y Heidfeld en séptimo y octavo.
Me divertí bromeando con Peter Sauber, ¡a quien para la próxima carrera su equipo lo volvería a mandar a una boda! Para todos fue un gusto ver terminar en los primeros 10 los Sauber que piloteara Sergio Pérez el próximo año.
Jo Ramírez | 11-Oct-2010