Parece que se ha encontrado la fórmula para tener carreras interesantes. Sólo falta una llovizna al principio para tener una de las mejores carreras de los últimos años.
En la calificación, la sorpresa no fueron los dos Red Bull en primera fila, sino la ausencia de Hamilton en los primeros 10. Según él, no encontró el agarre y tracción en su auto, pero tal vez se debió más a un exceso de juventud el día anterior cuando, al salir del circuito, fue detenido por la Policía por manejo peligroso de un vehículo.
Creo que el incidente le hizo bien. Desde hace tiempo, Hamilton daba señales que la fama se le estaba subiendo al punto de no saber cómo controlarla.
En la carrera, Lewis demostró por qué fue campeón del 2008, hizo un carrerón, pero un error suyo y del equipo por cambiar a un segundo juego de llantas le costó el segundo lugar. Hamilton culpó a McLaren, pero al final el piloto es quien está en el auto y se hubiera negado a la petición del equipo para continuar en pista.
Jenson Button, su coequipero, fue el primer valiente que entró por llantas para seco en la vuelta 6 y todos pensaron que estaba loco. Resultó ser la decisión que ganó la carrera.
Los Red Bull, que han dominado las dos primeras carreras, regresan a casa sin victorias. Esta vez, una falla en los frenos mandó a la grava a Sebastian Vettel cuando parecía tener la victoria en las manos. Aun así, siguen siendo los favoritos al título.
La carrera estuvo llena de accidentes, incidentes, rebases, emociones y decepciones... ¡y por lo menos en una semana no se dirá que la Fórmula Uno es aburrida!
En el arranque, Alonso encajonó a Button en el ápice de la primera curva y sin otro remedio se tocaron. Fernando trompeó y de milagro no ocurrió un choque. El único afectado fue el Mercedes de Schumacher con su trompa rota, pero unas curvas más tarde el alerón del Sauber de Kobayashi se rompió (por segunda vez en el fin de semana) y el japonés se convirtió en un pasajero, primero chocó contra el riel y salió disparado contra el Williams de Hulkenberg y el Toro Rosso de Buemi. Por fortuna, todos salieron ilesos.
La lluvia no volvió a aparecer y volvimos a comprobar que las llantas blandas no son tan blandas, ya que en la vuelta 8 la calle de pits estaba peor que el Periférico a las 7 de la noche, con la entrada por llantas de seco y con las que prácticamente hicieron casi toda la carrera.
Entre los que sobresalieron, nos alegró Robert Kubica, del que esperamos sea un paso adelante del equipo Renault, pues del polaco sabemos que es un tipo que sabe cómo ganar.
Un muy bien recibido Gran premio de Australia, que nos hace esperar con ansias el próximo fin de semana en Malasia.
Jo Ramírez / 29 Mar. 10