Ningún piloto de Ferrari jamás había recibido ni recibió una carta así por parte del mismísimo IL COMMENTATORE, quien hasta ese 1982 había contratado a 92 pilotos.
El 25 de abril de 1982 corrió su última carrera. Fue en el Dino e Enzo Ferrari de IMOLA, donde se disputaba el segundo gran premio en esa parte de Europa, y donde finalizó segundo, detrás ese maldito francés, como el mismo lo calificó, y se fue masticando bronca. Entendía que Didier Pironi lo había traicionado y traicionado una orden de no ?agresión? en la ultima vuelta, en la vuelta 59 paso adelante el canadiense, pero metros mas adelante Didier lo superó para ganar esa carrera. En el camino a su casa ni las palabras de consuelo que ensayo su esposa y fiel compañera Joan, pudieron borrar la mueca de fastidio y bronca que tendría durante los próximos días, los últimos de su vida. Por la cabeza de Gilles desfilaron varias imágenes. Se acordó de todo lo que había aprendido como compañero de Carlos Reutemann y de lo mucho que había trabajado para que el Sudafricano Jody Scheckter le diera a Ferrari el campeonato 1979, cuando el era piloto numero dos y salio Subcampeón??Ahora que estoy como piloto numero uno, ese francés viene a hacer esto?.?, pensó y nunca lo perdonó. Unos días después se encontraron para un entrenamiento y Gilles jamás volvió a mirarlo, entre todas las cosas que había dicho luego de esa maniobra de Didier, fue la de no hablarle nunca más, lamentablemente cumplió con esa palabra porque pocos días después terminaría con esta historia. Así de enemistados hasta el límite de turnarse para entrar al box a elegir la estrategia de carrera, llegaron los dos pilotos de Ferrari a ZOLDER para correr el Gran premio de Bélgica, la quinta fecha del campeonato 1982. El viernes ninguno de los dos le encontró la vuelta al auto y no pudieron meterse entre los diez primeros. El sábado comenzó igual, la clasificación les estaba pasando de largo.
Eran las 13:52, faltaban solo 8 minutos para finalizar la clasifica. Gilles ingresó por neumáticos nuevos y mientras Antonio Tomaini su ingeniera de pista le mostraba la planilla donde decía que el ?traidor? lograba dejar el crono en 1`16??501 para colocarse a 8 décimas del poleman hasta ese momento el otro francés de Renault Alain Prost, y así ubicarse sexto. Gilles tenía el octavo tiempo hasta ese momento con 1? 16??616 y quedaba a 115 centésimas del ?traidor?. Salió con toda la bronca acumulada de la carrera anterior e intentó lograr esa vuelta que le permitiría partir por delante de su compañero, no vio transito en pista y entendió que podía mejorar su mediocre tiempo. Hasta que en un sector del circuito que no exige demasiado al piloto, se encontró con el March de Jochen Mass que viajaba mucho más lento por el radio de giro ideal, los pilotos no sincronizaron los movimientos y la Ferrari numero 27 embistió al March numero 17 del alemán que luego de todo esto quedó en un sitio no muy agradable, ya que todo el mundo siempre lo recordara como el que estuvo en el accidente fatal de un ídolo como Gilles, la rueda delantera izquierda de la Ferrari se montó sobre la trasera del March y comenzó el vuelo que llevaría al canadiense a la muerte. La Ferrari vuela, gira sobre si misma en el aire y comienza a dar tumbos en lo que va desintegrándose, Uno, dos, tres, cuatro tumbos?después del tercero, Villeneuve sale despedido con la butaca adherida a su cuerpo para recorrer casi 25 metros y quedar tendido contra un tejido al costado de la pista belga. No murió instantáneamente sino unas horas mas tarde, oficialmente a las 21:12 de ese sábado 8 de mayo de 1982 en un hospital cercano. El circuito se llenó de silencio y comenzaron las especulaciones, Néstor Morosini periodista del Corriere Della Sera, asegura ser el último en hablar con Gilles antes de la clasificación y recuerda ese momento como ?muy fuerte para mi??Quien dijo que lo había encontrado tenso, sombrío y nervioso.
También quedo la frase del alemán Jochen Mass: ?Le deje la trayectoria para que tuviera paso, pero desgraciadamente no nos entendimos??
Otras frases fueron: ?Conocí muchos pilotos, ninguno era como él. Fue un caso especial, de carácter profesional las 24hs del día, chocamos muchas veces, pero su ostentación me enseño a respetarlo y quererlo? (Mauro Forghieri). ?Fue un accidente estúpido, de los tantos que se producen a diario? (Gerard Larrousse).
"Me ganó, sí, y en Francia, pero no me preocupó en absoluto. Supe que había sido batido por el mejor piloto del mundo? (sobre su duelo en Dijon?79). René Arnoux
"Villeneuve tenía el mejor talento de todos nosotros. No importaba en que coche lo pusieras, era siempre rápido? (Niki Lauda).
"Sé que ningún ser humano puede hacer milagros. Nadie tiene facultades mágicas, pero Gilles te lo hacía creer. Así de rápido era?. (Jacques Laffite).
"De alguna manera está loco, pero está claro que es un fenómeno. Es capaz de hacer cosas que nadie más es capaz de conseguir". (Nelson Piquet).
"Con Gilles había espectáculo hasta por la décima plaza". (Alain Prost).
?Se trata de un hecho penoso que exige una investigación a fondo? (Bernie Ecclestone).
Los restos de Gilles fueron velados en la capilla del hospital universitario de la ciudad belga de Lovian. A las 96 hs, unos 1500 canadienses lo despedían en la iglesia católica de Sainte Genevieve, en Barthiervielle, su pueblo natal. A ese lugar solo llegaron a despedirlo tres pilotos, el italiano Bruno Giacomelli, el francés Rene Arnoux y el sudafricano Jody Schecketer, parece hasta difícil de creer que solamente estos tres hayan estado en su funeral. Estadísticamente quedaron números que en parte jamás podrán mostrar el verdadero talento de un piloto único, alguien que sentía el auto como si fuera parte de el, alguien que siempre decía en forma de pregunta: ¿Cómo podemos conocer los límites, sino tratamos de sobrepasarlos?... Otras frases que nos dejó Gilles fueron: "Si todo parece bajo control, es que no vas suficientemente rápido" "Siempre para adelante sin importar el estado del auto o de la pista".
Para muchos Gilles superó de mala manera ese límite que el siempre tenia entre ceja y ceja, pero también los fanáticos de la FORMULA 1 siempre estarán agradecido de haber visto a alguien con tanta pasión, tanto talento, tanto coraje, que al fin y al cabo, es mentira que lo mató su propia muerte.
ARTÍCULO ESCRITO POR CHUECOX