Hola amigos, mirando en internet encontre una nota que le hicieron a Hamilton, antes del GP de Italia de este año , es bastantes interesantes se las dejo:
Pregunta. Cristiano asegura que no es feliz. ¿Usted lo es?
Respuesta. Sí, no me puedo quejar. No sé exactamente cuál es su situación, pero en mi caso me siento bendecido. Tengo una familia increíble a mi alrededor. Gracias a Dios no tengo elementos negativos cerca, aunque siempre haya energías de ese tipo merodeando, por cosas que puedo hacer yo. Así es la vida. Vivo en el mejor lugar del mundo [Mónaco], tengo una casa y le he podido comprar otra a mi madre, soy capaz de mantener a toda mi familia y tengo la oportunidad de conducir los mejores coches del mundo. Recientemente he ido a Filipinas a devolver algo de lo que he recogido. No puedo sentirme infeliz.
P. ¿Alguna vez ha llegado a plantearse dejar la F-1?
R. En estos seis años he pasado por momentos muy duros, y en alguno de ellos sí que se me ha pasado por la cabeza, pero inmediatamente ha desaparecido. Hay veces que piensas que no puedes seguir haciendo algo y luego te das cuenta de que no hay nada que te llene más que lo que haces.
P. ¿Cuándo se ha sentido más a gusto con el coche en 2012?
R. En Montreal. Allí es donde conseguí la mayor ventaja y un mejor ritmo. Ha sido difícil llegar hasta aquí, e incluso parece mentira que hayamos perdido tantos puntos por el camino y hayamos conseguido meter en primera línea, al menos un coche, en nueve de las 13 primeras cronometradas.
P. Martin Whitmarsh, director de su equipo, sostiene que aprende cosas de Jenson y viceversa.
R. No sé porqué Martin diría eso, no sabría destacar qué he aprendido de Button. Aprendí de Fernando, pero no siento que haya aprendido especialmente de Jenson.
P. ¿Y de Alonso?
R. Cuando yo llegué, Fernando tenía muchos años de experiencia, dominaba las rutinas de trabajo y también me fijé mucho en su estilo de conducción.
P. ¿En qué en concreto?
R. En cosas específicas como la frenada, si hacerlo antes o después para conseguir una mayor velocidad a la salida de las curvas, los puntos de ataque o cómo llevar el coche al límite. A base de fijarme en su telemetría vi dónde podía mejorar. Si me daba cuenta de que, por ejemplo, en el segundo sector él iba más rápido que yo, entonces salía a la pista e intentaba mejorarlo teniendo en cuenta esos datos. Pero nuestros estilos son distintos, así que no necesariamente debía hacerlo igual que él.
P. ¿Envidia la situación que Alonso vive en Ferrari, donde tiene a todo el equipo trabajando a su alrededor?
R. Pues no. No sé lo que es eso, a mí nunca me ha pasado. No tengo la necesidad ni el deseo de estar en una escudería así, me gusta estar en un sitio en el que tienes que pelear por ganar a tu compañero. En ese aspecto, Fernando lo tiene más fácil que yo.
P. El año pasado usted parecía el fantasma de Lewis Hamilton y, sin embargo, ahora parece estar de vuelta. ¿Qué ha cambiado?
R. Es verdad, he vuelto. Un día escribiré un libro en el que explicaré el porqué de este cambio. No me gusta hablar de este asunto, pero hubo unas situaciones con mi familia que fueron desagradables. Soy una persona muy sensible, y eso a veces me afecta en la F-1. Hay problemas familiares que me afectan más que a otros. Ese fue el principal problema.
P. ¿Se arrepiente de algo de lo que ha hecho hasta ahora?
R. Sí que hay cosas que no haría de la misma forma, principalmente porque me lo podría haber puesto más fácil a mí mismo. Pero para ser sincero, estas son las cartas que me han tocado y esto debe ser lo que la vida tenía planeado para mí.
P. ¿Qué le ha hecho plantearse la posibilidad de marcharse de McLaren?
R. Sería bonito terminar donde comencé. Cuando expira tu contrato, miras a tu alrededor a ver qué más hay, si existen otros retos u oportunidades. Si ignoras estas opciones te perjudicas a ti mismo.
P. ¿Qué es la fe para usted?
R. No me gusta hablar demasiado de este tema porque hay demasiada gente que opina en el paddock. Me crié en una familia muy religiosa, íbamos mucho a misa, pero cuando comencé a correr tuvimos que dejarlo un poco de lado. Ahora, cuando no estoy en las carreras voy a misa cada domingo aunque esté en Estados Unidos o en Mónaco. Es gracias Dios que estoy aquí, él me ha dado la habilidad que tengo.
P. Dice que no le gusta hablar mucho del tema, pero también parece que no le importa demasiado lo que los demás puedan pensar.
R. Hablar de ello a veces me mete en problemas, pero en general la gente me respeta de la misma forma que yo respeto a quien piensa de forma distinta. Yo estoy convencido de mi opción.
P. Usted siempre concita más atención que sus compañeros. ¿Cómo vive con ello?
R. No sé por qué, pero sí que es verdad que concito más atención que la mayoría. No sé si tiene algo que ver con lo que hice en mis dos primeros años en la F-1. Mi padre me dice que aquellos que consiguen grandes logros siempre atraen mucha atención, como por ejemplo les ocurrió a Ayrton Senna o Muhammad Ali. Lo que pasa es que, seguramente, ellos no tenían mi temperamento.
P. ¿Qué le quita el sueño?
R. Nada, siempre duermo muy bien. Soy muy duro conmigo mismo y me tomo las cosas de forma distinta al resto. En mi caso, todo lo centro en mi rendimiento. Está claro que estamos delante de millones de personas, pero no considero que tenga nada malo dentro. Hago todo lo posible para que la gente vea en mí a alguien bueno y creo que voy por el buen camino.
P. ¿Qué quería demostrar en Spa con esos mensajes en el Twitter con la telemetría del equipo?
R. Lo expliqué en los tuits. Si no lo entendió entonces tampoco lo hará ahora. No fue una buena decisión, eso ya lo he aprendido. No fue mi intención ir en contra de mi compañero ni tampoco del equipo, solo quería que los aficionados me entendieran. Ahora ya sé que no lo debo volver a hacer.
P. ¿Qué aspectos de su pilotaje cree que aún puede mejorar?
R. Aún tengo muchos puntos débiles, pocos en los entrenamientos pero algunos en las cronometradas y en las carreras. Nunca le diré cuáles son porque usted los escribiría y se enterarían los demás pilotos. Nadie comparte ni sus puntos débiles ni sus puntos fuertes. Uno trata de esconderlos y emplearlos en los momentos oportunos.