Gilles Villeneuve y Didier Pironi (Parte 21)
Pocos días después, el 23 de Agosto, se celebraba la siguiente prueba en las aguas de la isla de Wright, cerca de Southampton. Al principio de la prueba el ?Colibrí? estaba entre los cinco primeros y no tuvo demasiados problemas para acceder a la segunda posición, detrás del ?Pinot de Pinot? del piloto Renato della Valle. Cuando se colocaron segundos la boya de giro ya estaba cerca y era importante llegar a ella en cabeza, así que el Colibrí siguió a fondo hasta encontrar las olas generadas por el petrolero Avon, de la compañía francesa Esso.
Nunca sabremos porqué el ?Colibrí? se desestabilizó al cruzar la ola, si fue por el exceso de velocidad o por su ligereza, pero lo cierto es que tras el salto se giró en el aire y cayó al mar boca abajo, a una velocidad aproximada de 170 km/h; nunca sabremos si Jean Claude midió mal la potencia para atravesar la ola, o si como ya había hecho otras veces, Didier le había sujetado la mano para que no aflojara la potencia; nunca sabremos que pasó, salvo que los tres ocupantes del ?Colibrí? murieron en el acto.
Los helicópteros fueron los primeros en intentar auxiliarles, lo que no fue fácil porque la lancha quedó volcada, aunque sin apenas daños ya que la fibra de carbono había resistido bien el golpe, pero no sus ocupantes, que desprotegidos, había recibido el impacto con toda la fuerza de la caída y la velocidad. Los cuerpos fueron rescatados y llevados a tierra donde sólo se pudo certificar su muerte.
Tras el accidente el Colibrí fue devuelto a su base. Como apenas tenía daños, tras una profunda reflexión José Dolhem decidió seguir adelante con el proyecto, por respeto y honor a su hermano. Le fue colocada una carlinga transparente al estilo del que llevan los aviones de caza y participó en algunas pruebas más del campeonato, pilotado entre otros por Jean Pierre Jarier, otro ex piloto francés de Fórmula 1.
Apenas ocho meses después del accidente, el día 16 de Abril de 1988, José Dolhem, tras negociar con algunos patrocinadores asuntos relacionados con la nueva temporada de off shore que estaba por empezar, salió de París en su avioneta en dirección a St. Tropez. Iba en compañía de cuatro personas relacionadas con dicho patrocinio y cuando estaban volando sobre Saint-Just-Rambert, cerca de St. Etienne, algo falló en el aeroplano, José intentó un aterrizaje de emergencia pero chocó con unos cables eléctricos, la avioneta capotó y los cinco ocupantes murieron en el accidente.
José Dolhem dejó viuda y tres hijos y fue enterrado en el pequeño cementerio de Grimaud, muy cerca de Saint Tropez, en la misma tumba que su hermano Didier, con una inscripción en la lápida que dice ?entre el cielo y el mar?, ya que pese a ser dos pilotos de Fórmula 1, se dio la dramática paradoja de que ambos murieron en un accidente, pero no en una carrera de coches sino víctimas de su otra pasión, volar y navegar.
Didier nunca conoció a sus hijos y nunca contó públicamente sus sentimientos tras la tragedia de Gilles Villeneuve. No sabemos si en algún momento se sintió responsable o cuales fueron sus dudas y pensamientos a lo largo de los cinco años que sobrevivió a su compañero de equipo.
Tampoco las personas de su entorno, aquellas a las que un día u otro Didier debió confesarles sus intimidades, han explicado lo que de verdad sintió por la muerte de Gilles, o al menos yo nunca he encontrado declaraciones fiables al respecto. Sólo se, sólo sabemos, que debió ser algo muy profundo, porque es innegable que a lo largo de aquellos cinco años Didier tuvo muy presente el recuerdo de Gilles.
Por eso, como homenaje a dos personas que quedaron íntimamente ligadas por su amistad y su disputa, por su historia y por su destino, por su recuerdo y por su tragedia, Catherine bautizó a los dos gemelos que él no conoció con los nombres de Gilles y Didier.
Fin.