Hay dos cosas de las que no se separa Schumacher: un vaso lleno de jugo de manzana con agua mineral, del que toma varios durante el día, y de un teléfono para saber como marcha su cuenta bancaria.
Todo se lo debe a William Friedrich Weber, ese hombre que empezó dándole 400 dólares al mes cuando corría en karting, y hoy se lleva el 20 por ciento de todo lo que embolsa Michael. Hacen la pareja perfecta: Schumi corre y Willi piensa. Ese ex lavaplatos, que como Michael, vio transformarse su vida, tampoco quería estar del otro lado del mostrador. Quería ser cliente o algo más. Es algo más. Por ejemplo en ese rubro, ya que Weber cuenta hoy con una cadena de 40 restaurantes, que son sólo una parte de sus negocios. Hoy trabaja en las oficinas ubicadas en Trankestrasse 11, en Stuttgart, donde funciona su compañía: Pole Position Merchandising.
Salvo una vez, todos los negocios que hizo con Michael fueron una mina de oro. Esa única vez, en 1998, Weber mandó confeccionar 100.000 gorros rojos de Schumi como campeón mundial. Pero perdió el título en Suzuka y la dupla perdió un millón de dólares. Fue el último mal negocio. Ahora los famosos gorros, que son objeto de culto, salieron a la venta diez días después del GP de Japón y vendieron 1.500.000.
¿Cuánto gana Schumi por año? Algunos tiran cifras, pero nadie parece acercarse a lo exacto. Aunque se puede hacer un tamiz de sus contratos. Schumacher agarra todo. No importa si se promociona con su rostro o su firma un preservativo, lombrices para pesca, auto último modelo o inodoros descartables.
Juguetes, cosméticos, máquinas de afeitar, electrodomésticos (una aspiradora con su nombre vendió 60.000 unidades), caramelos, pastas, un libro con las recetas de sus platos preferidos, integradores dietéticos, scooters (vendieron 250.000) y por supuesto, jugo de manzana. En total son 4.000 productos. Esto, sin contar el contrato con Ferrari.
Schumi gana casi 3 dólares por segundo, 164 por minuto, 10.186 por hora, 235.616 por día, 7.166.666 al mes y 86.000.000 al año. ¿Paga muchísimo de impuestos? Casi nada. Porque aunque parezca difícil de creer, Michael Schumacher esun desocupado.