Siebert: ?Desde que subí al auto sentí que iba a ser campeón?La historia íntima de cómo construyó el marplatense de 20 años su título en la Fórmula 4 Italiana. Se subió a un karting a los 6 años, se fue a competir a Europa a los 16 y le ganó a Mick, el hijo de Michael Schumacher. ?Me gusta ir para adelante. Soy agresivo?, dijo en la entrevista realizada en la redacción de Clarín.El día más soñado para Marcos Siebert fue el 30 de octubre pasado, cuando se consagró campeón de la Fórmula 4 Italiana delante del Mick Schumacher, hijo de Michael, lo que potenció su triunfo. La hazaña que protagonizó el piloto argentino dejó plasmada una huella importante en el automovilísmo nacional, junto a miles de mensajes y llamados de grandes pilotos, como Jose María Pechito López, Norberto Fontana y Esteban Guerrieri, entre otros. Pero, como en los cuentos, esta increíble historia tiene un comienzo.
Cuando era chico, con apenas 6 años, Marcos tuvo la oportunidad de subirse por primera vez a un karting. No tenía en sus planes convertirse en piloto, pero hubo una persona que lo impulsó, quizá sin intención, a ser parte de ese mundo. ?Christian Ledesma, amigo de mi viejo, le regaló un karting para que yo lo manejara. Gracias a él arranqué a correr?, cuenta el piloto marplatense, en su visita a la redacción de Clarín, donde posó junto a su trofeo por su última victoria en el circuito italiano de Monza y con una réplica del volante como premio por haber ganado la pole.
Fue complejo el camino que tuvo que transitar Siebert para lograr este inolvidable presente. Porque el resultado tuvo su desarrollo previo. Con sólo 16 años, tomó una decisión que cambió su vida. Se alejó de su familia, de sus amigos y del estudio. Pero eso sí. No dudó ni un segundo en tomar esa decisión. ?Me llamaron quince días previos a que comenzara la F4 Italiana. Fue todo rápido. Armé las valijas y me fui sin pensarlo?, explica.
El argentino tuvo un arranque regular en la temporada 2015, en la que finalizó quinto. Pero ese campeonato le sirvió para afianzarse para lo que vendría en 2016. ?Desde el primer momento que subí al auto sentí que iba a ser campeón. Fui con la mentalidad necesaria y me decía: ?Tengo que ganar y los voy a pasar por arriba? -expresa-. La cabeza es muy importante y si estás bien mentalizado, tenés hasta una o dos décimas más de ventaja. La confianza en uno mismo es mucho?.
Una de las características que lo identifica dentro del monoposto es su agresividad. ?Me gusta ir para adelante. Soy agresivo y ese es mi estilo?, explica. Y, entre risas, continúa: ?Mi equipo me decía que bajara un cambio, je. Imaginate que en la última fecha, con Mick (Schumacher) nos veníamos rozando como a 200 kilómetros por hora y el ingeniero me decía: ?Easy? (?Despacio?).
Pero esa agresividad no siempre le dio resultados positivos. En la primera carrera del campeonato anterior, Marcos sufrió un accidente y volcó a más de 200 kilómetros por hora. ?Recién arrancaba la carrera y se me cerró uno. No dudé y dije: ?Ma? sí, yo me mando?. Y seguí de largo. Di tantas vueltas que parecía estar dentro de una licuadora. Por suerte no me hice nada, pero... ¡estuvo buenísimo, ja, ja!?, recuerda increíblemente con risa.
El ámbito que rodea al piloto es de gran importancia, más sabiendo que el marplatense tuvo que emigrar solo a Europa. Por eso Marcos tiene un gran vínculo con su equipo de trabajo. Todos viven juntos en Lyss, Suiza. ?Con los mecánicos tengo muy buena relación. Se la juegan siempre por mí. Si se tienen que quedar hasta las cinco de la mañana, lo hacen y con ganas. Si tengo tiempo libre, voy al taller y ayudó a los ingenieros y a los mecánicos. Limpio el auto, armo la caja de cambios... Busco ayudarlos?, dice.
¿Cómo vive Siebert la previa a cada carrera? ?La tomo como un día especial, pero con presión?. Hay una disparidad que tiene el argentino a diferencia de los demás: el presupuesto. ?Yo iba a la carrera casi sin entrenar. Pero quizás otros alquilaban el circuito durante tres días y podían probar. Así y todo, metiéndole duro, dio resultado?, afirma.
Y el resultado fue indiscutible. Salió campeón nada más y nada menos que en el circuito de Monza, pista que posee la estatua de Juan Manuel Fangio, quien allí fue campeón en 1955 en la Fórmula 1 por tercera vez y con el número 18 en su auto, el mismo que tenía Siebert cuando fue campeón. ?Saber ese dato era un condimento especial?, enfatiza.
Con sólo 20 años, Marcos Siebert logró algo impensable. El cuento no tiene un desenlace definido aún. Faltan palabras, quizás muchas, para seguir llenando de emociones esta historia incompleta.
Acelera a fondo para cumplir el sueño de manejar en la GP3Los días posteriores a su consagración fueron inolvidables para Marcos Siebert, que regresó a su ciudad natal en un marco lleno de festejos junto a sus seres queridos. Al llegar a Mar del Plata, lo subieron arriba de un camión de bomberos, desde donde saludó a una multitud que lo esperaba al costado de la ruta 2 y de las calles de la ciudad en una caravana triunfal con bocinazos, banderas y aplausos.
A la hora de pensar en su futuro, se jugará a subirse a un auto de la GP3, una de las categorías teloneras de la Fórmula 1. Y su apuesta será a fondo, como suele manejar. ?Con el cheque que recibí por ser campeón, voy a pagarme tres días de pruebas en la GP3. Sé que es muy costoso, pero todo lo que gané en la F4 lo voy a invertir para correr ahí?, cuenta Siebert.
Esta decisión lo llevará a Abu Dhabi, donde un día después de la fecha final de la F1, se llevarán a cabo esas pruebas en la F3. Más allá de que Jenzer, el equipo suizo con el que fue campeón en la F4, también compite en esa categoría, el marplatense analiza otras ofertas.
Pero antes le queda algo por cumplir. ?Con una parte del premio les voy a hacer un regalo a los mecánicos que siempre se la jugaron por mí?, relata. Jugar en equipo, le dicen...