Excélsior en la historia: Veinticinco años sin Enzo FerrariEl mundo del motor recuerda hoy a uno de los hombres más importantes del automovilismo deportivo y fundador de la escudería más exitosa de F1.
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de agosto.- La pista de carreras de Boloña forjó su pasión; Alfa Romeo lo ayudó a llegar a lo más alto y su amor y dedicación lo llevaron a ser el creador de una marca a la que pocos tienen acceso, pero con la que todos sueñan. Enzo Ferrari falleció hace 25 años, dejando tras de sí uno de los legados más importantes de la historia del motor.
Enzo Anselmo Ferrari nació el 18 de febrero de 1898 en Modena, Italia, y a los 10 años descubrió su amor por el automovilismo al asistir con su padre a una carrera en el Circuito de Boloña.
A los 20 años, tras caer enfermo de influenza, dejó el ejército y se unió a las filas de un pequeño fabricante automotriz llamado Costruzioni Meccaniche Nazionali (CMN), donde comenzó a mostrar sus aptitudes como piloto de pruebas y de carreras.
Los buenos resultados lo llevaron a ser fichado por Alfa Romeo, el fabricante automotriz que en esa época era uno de los gigantes del motor.
Poco a poco Il Commendatore, título que recibió por parte de sus allegados por su fuerte personalidad y mano dura con la que controlaba los negocios, comenzó a tomar la dirección de los equipos de carreras de Alfa Romeo y en 1929 fundó la Scuderia Ferrari, bajo el cobijo de la firma de Milán.
La década de los treinta mostró el genio de Enzo, cuando Alfa Romeo atravesó una época de crisis y retiró el apoyo a los equipos, gracias al soporte de la llantera Pirelli, pudo seguir retando a las poderosas flechas de plata de Mercedes-Benz y Auto Union (hoy Audi). De la mano de Tazio Nuvolari, Ferrari derrotó a las dos firmas teutonas en el GP alemán de 1935.
Dos años más tarde Alfa Romeo salió de la crisis y retomó el control de sus equipos, degradando a Enzo de director deportivo a jefe de ingenieros, por lo que renunció a la marca. Sin embargo, su contrato le prohibía fabricar autos de carreras durante cuatro años, por ello fundó la compañía Auto-Avio Costruzioni, en la que hacía partes para bólidos de competencia.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, tuvo que comenzar a trabajar para el régimen de Benito Mussolini y las instalaciones de Modena fueron bombardeadas por los Aliados, por lo que tuvo que cambiarlas a Maranello, donde actualmente se diseñan, desarrollan y fabrican todos los Ferrari de calle y carreras.
Ferrari S.p.A. fue establecida oficialmente en 1947, y a pesar de que la única pasión de Enzo eran las carreras de autos, tuvo que comenzar a fabricar vehículos de calle para poder financiar al equipo de carreras, mismo que en pocos años comenzó a derrotar a los grandes fabricantes de la época en pruebas como las 24 Horas de Le Mans, Fórmula 1, la Mille Miglia, la Carrera Panamericana y el Campeonato Mundial de Autos Deportivos, entre otras prestigiosas competencias.
En 1957 el mexicano Pedro Rodríguez llegó al equipo italiano para competir en el Nassau Trophy, pero fue hasta 1960, junto a su hermano Ricardo, que consiguió la primera victoria con el Cavallino.
Ricardo subió al equipo oficial en Fórmula 1 en 1961, aunque un año más tarde falleció en México. Pedro corrió en 1969 con Ferrari en F-1, y perdió la vida al mando de un 512 M en las 200 Millas de Norisring, Alemania, en 1971.
Il Commendatore era un hombre cercano a sus pilotos, pero la muerte de varios en carrera hicieron que su relación con sus conductores se fuera haciendo únicamente profesional, exigiendo siempre la máxima entrega de éstos, afirmando que la gloria del triunfo siempre se comparte entre el piloto y el auto, aunque en verdad creía que los logros eran obra de sus máquinas.
Enzo tuvo dos hijos, el primero, Alfredo Dino Ferrari, fruto de su matrimonio con Laura Dominica Garello, quien nació en 1932 (año en que Enzo se retiró de las pistas) y falleció en 1956 de distrofia muscular. Su segundo heredero, Piero, fue fruto de una relación extramarital con Lina Lardi en 1945, aunque lo reconoció hasta 1978, después del fallecimiento de su esposa. Piero es actualmente el vicepresidente de la compañía y dueño del 10% de las acciones.
El domingo 14 de agosto de 1988, los problemas renales terminaron con la vida de Ferrari, convirtiéndolo en una leyenda del motor.