LAS carreras con duración de 24 Horas, lo que representa todo un día de acción, se hicieron famosas gracias a la gran clásica de las 24 Horas de Le Mans, en Francia, justa que por muchos años fue clave en lo que fue el campeonato mundial de Prototipos, donde uno de sus grandes exponentes fue el añorado piloto mexicano Pedro Rodríguez de la Vega, quien ganó esa justa en 1968. Y no en un Porsche, la marca de sus grandes éxitos, sino en un Ford GT 40, al que le llamaban “Vieja dama”.
Luego aparecieron las 24 Horas de Daytona, que por su número de participantes y su inigualable escenario, también fue parte del mundial. Aunque hay que decirlo, Daytona primero fue una justa de Tres Horas, luego de Seis hasta terminar en las 24. Pedro Rodríguez triunfó ahí en tres ocasiones y su imagen perdura en muchas de las oficinas, especialmente la original de prensa, en Daytona. Se ubica hasta lo alto de las tribunas, justo al centro del escenario y abajo, en la pista, está la línea de arranque y la meta final. Se le conocía como “Palomar”.
En México, la primera vez que se hizo una carrera de 24 Horas, con mucho éxito por cierto, fue en Monterrey, en lo que ahora es el Autódromo de Monterrey. Eso ocurrió hace casi 40 años y el escenario era un terreno extenso, con sólo el asfalto de su pista, de 3.2 kilómetros de extensión.
No había nada más. La zona de fosos la hicieron cada equipo participante, a base de lonas y tubos. La ¿torre de control? no existía. Se utilizaba un andamio de madera, al que se subía por escalera, nada protegido.
Esa primera carrera se hizo a fines de enero. ¡El frío era impresionante! Muchos nos metíamos a los coches para mitigar el clima. Salía el sol y se caminaba a la orilla del asfalto, pero había que tener cuidado las numerosas serpientes, alacranes y arañas que perdían su hábitat natural. ¡Era toda una aventura!
Pero Filiberto Jiménez, promotor y socio en ese entonces de la pista, se salió con la suya y terminó la carrera con éxito. El “Fili”, como se conoció a tan ilustre personaje, se hizo posteriormente de todas las acciones del escenario, porque sus socios no creyeron en su proyecto y de pista aquello se convirtió al paso del tiempo, en uno de los mejores autódromos del país, hasta como está ahora y con mejoras constantes por el interés de Gilberto Alejandro y César Tiberio Jiménez, hijos de don Fili. Las 24 Horas se hicieron tradicionales, pero no siempre tuvieron continuidad.
Después de don Filiberto, la carrera se hizo en esta capital, dentro del Campeonato de Resistencia que organizaron Pepe y Julián Abed, por muchos años, pero reservada a autos de poca cilindrada, con la dirección de Pepe Sánchez Jassen.
Apenas en 2016 volvió a celebrarse, con apertura en cuanto a las categorías, en esta capital y volvió a causar interés. El año pasado se hizo el anuncio de que las 24 Horas volverían a correrse en otro de los grandes escenarios de nuestro querido México: el Autódromo Miguel E. Abed, de Amozoc, Puebla, internacional. Fue un éxito, como sucede con todo lo que realizan los Abed.
Este año una carrera de esa duración se hizo en esta capital, pero lamentablemente con tan poca información, que muy pocos supieron de ella y hasta la fecha, no se han oficializado los resultados.
Por lo que al Autódromo de Monterrey se refiere, pues apenas el pasado fin de semana se abrió el campeonato 2018 de la Nascar México, serie estelar, en la que Homero Richards volvió a la senda de la victoria, tras un ayuno más largo que esta pascua, con Irwin Vences y Michel Jourdain Lascuráin en las otras posiciones de podio.
Y ya antes ahí mismo, pero en su recta, se inició el Nacional de Aceleración en Cuarto de Milla, que gozó de gran difusión en tiempos del Fili y ahora no tanto, pero que sigue siendo una atracción en la llamada Sultana del Norte.
CAMBIANDO VELOCIDAD
No se difundió mucho, pero en días pasados, en Guadalajara, se organizó una carrera en homenaje y memoria del inolvidable amigo Francisco Fernández Barragán, mejor conocido como “Pancho Lodi” o “Mister Lodi”, quien fue patrocinador en sus buenos tiempos, no sólo de infinidad de carreras en el país, sino que ayudó a casi toda la totalidad de pilotos que corrían en ese entonces y no sólo a los jalisquillos… Fue algo muy emotivo y los invitados especiales fueron los herederos de Panchito y en la organización estuvo involucrado Tomás López Rocha, otro gran personaje de nuestro deporte… Y hablando de la Nascar, pues anote usted que en las otras carreras del fin de semana, Abraham Calderón, campeón en curso, triunfó en los Tractos, con el ahora veterano Tiberio Jiménez en segundo… En las Trucks el triunfo fue para Salvador de Alba, el jalisciense a quien conocen como “Copetín” y en la Challenge, el triunfo fue de Michael Dörrbecker, quien al igual que Abraham, es parte de la exitosa y prestigiosa EscuderíaTelmex…