Los milagros de Pérez¿Un coche con sobrepeso al que no se le puede ajustar el lastre para mejorar el comportamiento? ¿Que apenas se ha podido meter en Q3 con sólo un piloto en una ocasión? ¿Y encima rezagado en parrilla por unas inoportunas banderas amarillas? Parece la descripción de un equipo que en 3 carreras apenas habría podido 4-5 puntos si los domingos no ha habido mala suerte. Pues con este conjunto, Sergio Pérez lleva nada menos que 14 unidades (con dos séptimos puestos inclusive), gracias a tres Grandes Premios donde el mexicano lo ha clavado. Y ya van 13 consecutivos puntuando, cuando no siempre debería haberlo hecho. Checo ha empezado 2017 en plena forma.
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Una cosa es estar creciendo, y otra es crecerse. Force India hizo la primera de ellas en 2015 y 2016, al alcanzar la 5ª plaza entre los constructores y al año siguiente escalar hasta la 4ª con el tercer presupuesto más bajo. Pero los de Silverstone pecaron de la segunda al anunciar que el objetivo para 2017 tenía que ser el de acabar terceros en el campeonato. Superar a un equipo que le cuadruplica el presupuesto como McLaren ya es una hazaña; superar a dos, sencillamente inviable. Y la pretemporada se encargó de desmentir las altas expectativas. Mercedes y Ferrari estaban un universo por delante, Red Bull también tenía ventaja y ni siquiera el VJM10 parecía ser el líder de la media parrilla (ese honor recalaba en Williams). En definitiva, se avecinaba otro duro inicio de temporada para los ingleses, como precisamente en 2015 y 2016. Pero en ambas ocasiones sus éxitos no se cimentaron sólo en lo que hicieron cuando su coche mejoró, sino en cuántos puntos pudieron arañar cuando el paquete no era competitivo. La espectacular pareja de Nico Hülkenberg y Sergio Pérez consiguió hace 2 temporadas 31 puntos en las 8 primeras carreras en un coche que sólo se metió 4 veces en Q3 en dicho período (y sólo con un piloto). En 2017 no estaba el alemán, sino Esteban Ocon, pero Checo sigue. Y el piloto mexicano, uno de los mejores de fuera de los equipos grandes desde mediados de 2015, está volviendo a demostrar que su talento comienza a quedarse pequeño en su equipo actual.
Sainz, Hülkenberg, Palmer… todos están siendo víctimas de los adelantamientos de Sergio Pérez, que clava maniobras vitales para sumar puntos decisivos. ¡Y eso que este año era más difícil rebasar a un contrario! (Fuente: record.com.mx)
Actualmente, hay 6 coches sencillamente inalcanzables para Force India. Un séptimo, Felipe Massa con el Williams, también parece fuera del radar. Así, el VJM10 tiene que competir contra Haas, Toro Rosso y Renault. En término medio, eso equivaldría a una 11ª-12ª posición si deja a unos por delante y a otros por detrás. Teniendo un fin de semana bueno, otro regular y otro malo, un piloto de la escudería de Silverstone debería llevar apenas 4-5 puntos. Pues la brillantez de Checo se manifiesta en que, con este coche, ya lleva 14 unidades, siendo 12 de ellas logradas con 2 séptimos puestos que, analizados detenidamente, no tienen un gran componente de suerte. Los ha conseguido por talento bruto y, a lo Fernando Alonso, aprovechando los momentos en que el piloto puede dar un extra y el coche es menos decisivo. En Australia vimos un ejemplo de esto: salía 10º, se quitó de en medio a Kvyat en la salida y a Sainz con un certero adelantamiento por fuera en la salida de boxes, y se defendió de los ataques para acabar 7º. Más, imposible. En China logró la heroicidad de meterse en Q3 y clasificar 8º por delante de los dos Toro Rosso. Habría acabado en esa misma posición, de no ser por una descuidada estrategia que le dejó por detrás de Magnussen, 9º. Pero el más difícil todavía vendría ayer, en Baréin. A Pérez le salio una bandera amarilla justo en el peor momento: al final de la Q1, sin un tiempo suficiente para pasar de ronda. El #11 se quedó 18º, y viendo que su compañero había clasificado 14º, estaba claro que puntuar iba a ser una quimera. Si todo hubiera salido con normalidad, acabar 9º-10º ya habría sido notable. Pero con este hándicap, era mucho más difícil. Pues bien, Checo obvió todo esto y consiguió de nuevo la machada: P7.
Una primera vuelta a cuchillo, un par de posiciones ganadas bajo SC y dos adelantamientos en el mismo giro: Pérez ganó 11 posiciones en Sakhir con una pizca de suerte pero con mucha maestría.
De nuevo, el mexicano hizo los deberes en la salida. O más bien, en una primera vuelta a cuchillo durante todas las curvas. Ya ganó un puesto cuando Vandoorne no pudo siquiera salir de boxes. En la curva 1 ya estaba por delante de Alonso; Wehrlein fue historia en la siguiente frenada; se quito de encima a Stroll aguantándole por fuera en la curva 10 (!) y luego superó a Kvyat cuando éste se salió de pista. 13º. Una gran remontada, pero aún insuficiente para pensar en los puntos, sobre todo porque quedaban varios gallos. El Renault de Palmer podría ser uno de ellos (el coche galo pareció notablemente por delante, al menos el sábado), pero Checo se lo quitó al inicio de la vuelta 5 con una gran apurada de frenada en la curva 1. El toque de suerte necesario para la hazaña llegó con la salida del Safety Car: Pérez había conseguido gestionar bien sus superblandos y no tuvo que entrar tan temprano como algunos rivales que habían entrado en la “segunda fase” del neumático, como Grosjean, Sainz o su compañero Ocon. El español se autoeliminó al arrollar a Stroll y los dos franceses salieron perdiendo cuando el #11 hizo su pit stop “a bajo coste”. Ya era 9º; por delante tenía a Ericsson sin haber parado, por lo cual podía considerarse 8º, y Hülkenberg un paso después. Pero también tendría que echar un ojo por el retrovisor a Romain y a Esteban, que se pegaron mucho en la resalida. Pero Checo, en esos momentos de ruedas frías donde el piloto tiene algo que decir, volvió a brillar. La mejor defensa es un buen ataque, así que Pérez evitó perder la posición quitándose de encima a Ericsson en la primera curva de la resalida y poniéndoselo delante a Grosjean. Y al final de la vuelta, sin DRS ni otros artificios, adelantó a Hülkenberg en la última frenada. Y eso que con estos coches no se podía adelantar… y aquí le tenían, P7. Ahora venía una fase delicada, pues Nico llevaba blandos y el resto, incluido Checo, andaba con SS. ¿Cuánto conseguirían hacerlos durar? Sin ningún atisbo de degradación (algo que para hombres como Bottas hubiera sido como maná caído del cielo), Pérez rodó en 36 altos-37 bajos, cedió sólo 3,6 segundos con Felipe Massa en las 15 vueltas posteriores a la resalida y paró en la vuelta 36 sólo porque Grosjean era una amenaza (5 giros antes había puesto ruedas nuevas). El #11 le había endosado por el camino 8,4 segundos a Hülkenberg, pero ahora que se invertían los compuestos (Pérez S, Nico SS), se suponía que el alemán recortaría y pondría en apuros a su excompañero, ¿no? Pues no. Sergio agrandó la diferencia hasta los 17,5 segundos en el banderazo final; en la lucha con Massa, ahora con las mismas gomas, no perdió apenas comba: de los 3,1 que les separaban en la vuelta 38, tras salir de boxes, a 5,9 a 2 giros del final, cuando Checo levantó el pie. 1 décima y media perdida por vuelta, cuando en apariencia la distancia que separa a ambos coches es bastante superior. Y un auténtico mundo por delante de un Hülkenberg que el viernes y el sábado parecía mucho mejor.
Pérez está 8º en la tabla, y gracias a esos puntos ha colocado a Force India 4ª por equipos, un lugar que ahora mismo no les corresponde ni por asomo, pues el VJM10 no está ni cerca de copar la cuarta línea de una parrilla a día de hoy. Pero igual que Fernando da el extra en McLaren, o hasta cierto punto Sainz en Toro Rosso, Pérez es el líder de Force India y quien logra camuflar los defectos de su bólido. Es ahora esta fase de la temporada en que el paquete parece poco competitivo, y donde Sergio está sumando los puntos que, a final de año, tal vez le permitan reeditar esa excepcional 7ª plaza con 101 unidades que logró en 2016. De momento lleva 13 carreras consecutivas acabando en el top-10, un hito que merece destacarse, pues lleva un Force India; ningún otro piloto lleva una racha similar. Con actuaciones así, el futuro pinta brillante para el mexicano. Y si más adelante en la temporada el monoplaza mejora y Checo consigue otro de esos magníficos podios tan característicos en él, ¿quién se atreve a negarle un volante puntero para 2018?
Solo comentar, bien por todo el equipo de SFI.