Viajemos en el tiempo por un momento. Gran Premio de Bélgica de 1991, como no, en el maravilloso circuito de Spa-Francorchamps. La Fórmula 1 llega a Bélgica tras la victoria de Ayrton Senna en Hungría, habiéndose recuperado de las tres victorias seguidas de Nigel Mansell, con su Williams.
A pesar de lo emocionante de la situación del campeonato del mundo, el equipo Jordan, que está disputando su primera temporada en la Fórmula 1 con buenos resultados, ocupa titulares en los diarios deportivos. Bertrand Gachot, primer piloto del equipo, está en prisión por un altercado con un taxista en Londres.
Hace apenas un par de días que Eddie Jordan, patrón de la escudería que lleva su nombre, sorprende a la Fórmula 1 anunciando que traerá a un joven alemán llamado Michael Schumacher, piloto del equipo Mercedes de Sport Prototipos, para sustituir a Gachot. Con este panorama, se disputan los entrenamientos del viernes.
Al final del día, Michael Schumacher está en octava posición de treinta coches, casi un segundo más rápido que Andrea de Cesaris, decimotercero, que lleva toda la temporada de experiencia con el Jordan 191 y está en su undécima temporada en la Fórmula 1. Llega el sábado y Ayrton Senna se llevará la enésima Pole Position de su carrera.
Michael Schumacher, por su parte, logra una meritoria séptima plaza, mientras que su compañero de equipo, el italiano De Cesaris es undécimo, a siete décimas del alemán. En un circuito como Spa-Francorchamps y con un resultado como este, la prensa del mundo se rinde ante el talento de este chico de veintidós años.
El panorama de la carrera será distinto. Schumacher se había quejado de problemas con el embrague, así que lo cambiaron. Para probar que estuviera bien, realizó un simulacro de salida en la vuelta de instalación. En la salida, Michael Schumacher sigue sorprendiendo y llega a La Source, en quinta posición.
Se mete por el interior, acelera con fuerza, embrague roto, y carrera terminada. Una sola curva es el balance de la primera carrera de Schumacher, que no tuvo en cuenta, por inexperiencia, la debilidad del embrague del Jordan Ford. La carrera vería a De Cesaris romper el motor a tres vueltas del final, cuando ocupaba la segunda plaza.
Viendo como De Cesaris ponía en aprietos a Senna, Schumacher podría haber realizado una fantástica carrera, pero el destino quiso que el director deportivo de Benetton, Tom Walkinshaw, quien conocía al alemán por dirigir también el equipo Jaguar de Sport Prototipos, le ofreciera un sitio en su equipo para la siguiente carrera.
Lastima de embrague, seria llegar y besar el santo....imaginate un duelo con Senna por la victoria en el debut de Schumacher...y en Spa! Hubiese sido memorable.
Por aquel entonces nadie dudaba de su talento innato. Quisiera saber cuántos de los que ahora lo cuestionan son conocedores de estas hazañas. Qué atrevida suele ser la ignorancia.
En el circuito de los campeones, en el GP de los pilotos, Michael demostró lo grande que era desde el inicio. Como me gustaría que este finde hiciese un gran carrera para que la nueva generación entienda quien es este genio ya que al parecer son muy perezosos para reparasar carreras antiguas.