Sin problema:
SE HIZO ESPERAR, PERO LLEGÓFinalmente llegó. Parecía que no iba a llegar nunca, pero llegó. Está siendo este un gran año para Daniel Ricciardo. Va tercero en el mundial, el mejor después de los dos Mercedes, y también está batiendo a un recién llegado que en su primera carrera en su mismo equipo dió la sorpresa al conseguir su primera victoria, siendo el piloto más joven en ganar un Gran Premio. Sin embargo, algo faltaba para ponerle el culmen a su temporada. Eso que sí que logró su compañero, que estuvo a su alcance varias veces esta temporada, pero que parecía que nunca iba a llegar. Parecía como si el karma le jugase en su contra, y eso que el mismo Ricciardo imploró al karma para lograr su primera victoria de esta temporada. Pero finalmente sucedió.
Todo comenzó cuando los semáforos del GP de Malasia 2016, disputado en el reasfaltado Circuito Internacional de Sepang, se apagaron. Ricciardo salía cuarto, justo detrás de su compañero. No tuvo una gran salida, pero para suerte de él, Vettel provocó un accidente llevándose por delante a Rosberg y perjudicando a Verstappen, quién perdió posiciones. Esto dejó a Ricciardo en segundo lugar, justo por detrás del hombre de la pole, Lewis Hamilton. Sin embargo, el Mercedes tiraba muy fuerte, y para colmo, su compañero desde atrás venía remontando y se le acercaba más.
Es entonces cuando por la vuelta 10, Romain Grosjean sufrió una salida de pista y provocó un Virtual Safety Car. Verstappen aprovechó la situación para parar y poner un juego de duros, dejándole a una buena distancia de Hamilton y con posibilidades de ganar el gran premio. La carrera continuó, por lo que cuando pararon Hamilton y Ricciardo, Max estaba líder, pero los neumáticos evidentemente no le podían durar hasta el final. Así que volvió a parar para volver a poner duros y se reincorporó en 3º lugar, justo detrás de sus dos directos rivales. Max logró recortarle tiempo a Ricciardo, y sólo tenía que pasarlo si quería ganarle la carrera a Hamilton. Pero el australiano no se dejó, Red Bull no le puso pegas a la lucha, aún sabiendo que eso les dejaría sin victoria. Lo que no sabía Ricciardo, es que esa acción con Max iba a suponer su mayor acierto en esta temporada.
Y entonces sucedió lo inesperado. El motor de Hamilton se incendió. El Mercedes tenía que detenerse, y nuevamente volvió a salir el Virtual Safety Car. El panorama estaba claro: Red Bull se iba a jugar la victoria. Así que durante el período de VSC, los dos pilotos del equipo austríaco pararon: los dos montaron blandas, pero Ricciardo tenía la ventaja de que los suyos eran nuevos. Una vez acabó el VSC, los dos pilotos tenían que tirar a muerte, se jugaban una victoria. Uno ya la había saboreado en esta temporada, pero el otro la buscaba más que nunca. Pero finalmente, fue este último quién aguantó, y llegó por fin lo que tanto estaba esperando.
La sonrisa de Ricciardo volvió a relucir más que nunca en el podio, el aussie volvió hacer su característica celebración de beber champán de su bota (e incluso haciendo que el resto de los que estaban en el podio también lo hicieran) y de nuevo el Advance Australian Fair volvió a sonar, cosa que no sucedía desde el GP de Bélgica de 2014, carrera que también ganó el propio Ricciardo. La gota que colmó el vaso de todo esto, fue cuando en la entrevista, el compatriota de Ricciardo, Mark Webber, bromeó acerca de la posibilidad de que pudieron hacerle un "Multi 33", como a él le sucedió hace años. Pero no, el equipo decidió dejar a sus dos pilotos pilotar libres. Sí, pudo haber pasado un "Turquía 2010", pero no sucedió, Red Bull consiguió su primer doblete del año y Ricciardo su primera victoria del año que tanto se le estaba escapando, y la cuarta de su carrera.
Algunos pueden decir que ha sido cuestión de suerte, pero la suerte hasta ahora no le había jugado nada en favor a Ricciardo, o por lo menos cuando la victoria estaba cerca. Muchos decían que luego de que Kvyat le ganase el año pasado sus días en Red Bull estaban contados ante la inminente llegada de Max. Max llegó, pero fue Ricciardo quién siguió en Red Bull. Entonces, esos muchos decían que Max se merendaría a Ricciardo. En un principio sí, pero el aussie ha dado la vuelta a la tortilla y ha consolidado su lugar como número 1 del equipo, al menos por ahora, porque ya se dice, de un año a otras las cosas pueden cambiar mucho. Pero con esto, Ricciardo nos ha demostrado que, si se pone el máximo esfuerzo posible, y nunca rendirse, la recompensa llegará, tiempo al tiempo. Y esperemos disfrutar del pilotaje y el carisma de este piloto por muchos años más.
Saludos de parte de Danko y el Foxy F1 Team