Chapeau, señor Sainz· Valoran su Q1 como lo mejor del fin de semana de Malasia.· Afirman que no ha fallado una salida y que es el mejor en la historia del equipo en este apartado.Carlos Sainz ha protagonizado un debut inesperado para muchos, aunque no tanto para él. Su equipo, Toro Rosso, se ha quedado sorprendido de muchos recursos técnicos del español y de su puesta en escena en los grandes premios, con pocos errores.
La velocidad se le presupone a todo piloto, pero hay otros muchos aspectos que suelen penalizar a los debutantes de forma inflexible: procedimientos de trabajo, concentración en los detalles, acatar todas las órdenes paso por paso, entender el coche con el paso de los kilómetros y dar buena información al equipo, etc.
Desde la primera carrera de Australia, los ingenieros de Red Bull, que monitorizan a los rookies de Toro Rosso, Sainz y Verstappen, reconocieron que ambos tienen básicamente la misma velocidad y que su adaptación ha sido velocísima.
El propio Verstappen, con menos experiencia en monoplazas que Carlos, pero con más en el coche de F1, ya que realizó más test la pasada temporada, ha tenido más salidas de pista, pasadas de frenada y exceso de fogosidad que el propio Sainz.
En Toro Rosso no se cortan en reconocer que Carlos es el mejor piloto que han tenido en el procedimiento de salida, muy complejo en F1. Aseguran que no ha fallado uno, ni en carrera ni en test, que ha llegado perfectamente preparado.
Sus dos salidas en ambos grandes premios fueron precisas, ganó posiciones y cimentó allí haber puntuado en sus dos primeras carreras, algo muy poco usual en pilotos debutantes.
Franz Tost, el veterano jefe del equipo, interrumpió la rueda de prensa de Carlos del domingo para ponerle de pie, darle un abrazo e insistirle: "Lo has hecho de maravilla, perfecto". A Carlos le tocó la estrategia menos buena para él -dos paradas- y aun sabiéndolo no se rindió, recuperó posiciones toda la carrera y dejó pasar a Max al final -iba a tres paradas- sin poner problemas. Carlos era más rápido justo antes de que el coche de seguridad habilitara a Verstappen para elegir la mejor estrategia, ya le habían dicho por radio al holandés que dejara su puesto al español, pero la fortuna fue esquiva.
Lejos de dejarse ir, Carlos sacó el modo B, la pelea, siguió las instrucciones del equipo y las superó: la simulación le daba como mucho que llegaría décimo y lo hizo octavo. De ahí las alabanzas de Tost, que aprecia hasta el tuétano estas muestras de piloto hecho y maduro, de piloto de equipo, que otras exhibiciones. Incluso por la radio, Carlos va y viene con sus impresiones como si llevara un lustro corriendo grandes premios. "Está mandando buenos mensajes", reconoce su padre.
Tampoco tuvo ningún reparo Tost en reconocerle a Carlos que lo mejor de todo el fin de semana, por encima de las excelentes pasadas de Verstappen durante la carrera, fue su vuelta en la Q1, en la que se metió cuarto. Ahí solo tienes una vuelta buena de neumáticos que tienes que exprimir sin errores y Sainz sacó matrícula. Tost sabe que tiene dos soberbios pilotos en su equipo y no se le quita la sonrisa de encima.
Sainz ya destacó en sus primeros test con Toro Rosso y Red Bull, en julio de 2013, y varios miembros del equipo sostuvieron que es el típico piloto al que no le viene grande un coche grande, sino al revés, que es mejor con uno grande que con uno pequeño. Algunos que vienen del karting con decenas de copas, luego no rinden con 900 CV a sus espaldas, y otros que aterrizan con menos, se hacen a la nueva oficina como por ensalmo. "Ese test salvó mi carrera", ha reconocido alguna vez Sainz. "Yo sé lo que hice respecto a Vettel, qué neumáticos llevamos los dos y lo que vio el equipo".