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Andrea Moda Formula, posiblemente el peor equipo del mundo.

Andrea Moda Formula, posiblemente el peor equipo del mundo.

frankiparki

frankiparki

16/08/2011 00:03

?A los coches que ruedan como un GP2 no debería permitírseles su participación en las carreras de Fórmula 1, porque se supone que corren el domingo por la mañana?. Luca de Montezemolo ha despreciado en repetidas ocasiones a los nuevos equipos de 2010, pero el presidente de Ferrari lleva tiempo suficiente en este mundo como para recordar tiempos pasados.


Eurobrum (1988-90), Forti (95-96), Kauhsen (1979), Life (90), Merzario (78-79), Monteverdi (90), por poner algunos ejemplos, pasaron a la historia por su patético nivel. Pero, de elegir al peor equipo de la historia, el Andrea Moda Formula se llevaría los honores. Y, dado que en la aventura participaba el piloto más descerebrado, divertido y determinado que haya pasado por la Fórmula 1 -el británico Perry McCarthy-, el camarote de los Hermanos Marx era un claustro de Oxford en comparación.


Un auténtico macarra


En 1992 apareció por el circuito sudafricano de Kyalami un tal Andrea Sasseti. Quien se decía empresario del calzado, paseaba por el paddock su 1,95 de estatura, cazadora de cuero, gafas de macarra y puntiagudas botas vaqueras. Había comprado sus monoplazas a un viejo zorro, Enzo Coloni, quien le vendió unos hierros con ruedas pero no la licencia para competir. El pardillo de Sasseti no había pagado los 100.000 dólares de depósito obligatorios, y Ecclestone quedó encantado de dejarle fuera en aquella primera carrera.


Sasseti, sin la menor idea de Fórmula 1, decidió prescindir de los monoplazas Coloni y compró al proyectista Nick Wirth (hoy, en Virgin) el diseño de un monoplaza desarrollado en principio para BMW. Para pagarlo, el italiano vació una bolsa de dinero encima de la mesa de Wirth. A continuación, para construir el coche en tiempo récord, contrató por 150 libras al día a una tropa de mecánicos procedentes de McLaren, Benetton y Williams quienes, con sus respectivos uniformes, hacían horas extras por las noches para Andrea Moda. Una divertida Torre de Babel de la Fórmula 1.


?No esperes nada de este coche?


Sasseti contrató a Roberto Moreno y a Perry McCarthy. El británico no destacaba por su palmarés deportivo, pero sí como el mejor exponente de la perseverancia anglosajona, de la picaresca latina y de la peor estupidez universal. Aunque de McCarthy tendrían que aprender algunos actuales pilotitos adolescentes con manager hasta para hacer sus necesidades. Con una rocambolesca trayectoria en el automovilismo, el británico logró que Andrea Moda le fichase gracias a la influencia de algunos amigos. Sasseti no le abonaba ni un duro y McCarthy, que tampoco lo tenía, trabajaba hasta de guía turístico a los grandes premios para pagarse los gastos de viaje.


Cuando Roberto Moreno, un magnífico piloto, se subió al coche por primera vez, avisó a McCarthy: ?No esperes nada de este coche?. De hecho, ni siquiera podía tocarlo. Cuando el equipo llegó a Brasil para su debut, al británico casi le da un síncope. La FIA, arrepentida por haberle otorgado la superlicencia sin méritos, se la retiraba en el mismo circuito. Desesperado, McCarthy movió cielo y tierra para recuperarla, Ecclestone y Mosley incluidos. El Andrea Moda, patético en la pista, se convertía en el culebrón del paddock. En México ni se presentaron.


Un debut surrealista


Llegó el turno de Montmeló, donde McCarthy acudía ya con su flamante superlicencia, recuperada con el mejor estilo del Lazarillo de Tormes. Alguien cuyas peripecias daban para escribir un libro -que, efectivamente, publicó- iba a lograr el sueño de su vida en un equipo esperpéntico. Fiel a su caótica y delirante vida, para ponerse a la altura de Andrea Moda, McCarthy se superó a sí mismo.



Por exceso de equipos inscritos, en aquella época los peores pasaban por una sesión preclasificatoria previa, a las 8 de la mañana, y solo los más rápidos tenían acceso a los entrenamientos oficiales. Tras acompañar a sus mecánicos hasta altas horas de la madrugada en boxes, McCarthy se retiró agotado a un hotel de mala muerte, en el otro extremo de Barcelona. Pero, sin saber cómo ni por qué, McCarthy se despertó a las 7.25. En el equipo nadie se había preocupado de llamarle, ni de saber dónde estaba. Él tampoco había puesto el despertador?


Tras haber movilizado a todos los poderes fácticos para poder debutar, McCarthy querría pegarse un tiro ante el ridículo monumental que iba a protagonizar. No había forma de llegar al circuito a tiempo, le advirtieron en el hotel. Cuando estaba a punto de enloquecer, por la puerta entró el hermano de Sasseti, que volvía de una noche de juerga. McCarthy le convenció para que le llevase al circuito. Imaginen el recorrido a casi 160 km/h de punta por las calles de Barcelona. El británico no quería mirar por las ventanillas.


A las 8 logró llegar al circuito. Mareado, con la sesión ya comenzada, se metía en el monoplaza. Al encender el motor, y mientras intentaba serenarse, los mecánicos se excedieron con un solución para facilitar el arranque, y sobre el pobre McCarthy explotó una llamarada que le obligó a saltar como un loco de su monoplaza. Así, en semejante estado, el británico afrontaba el gran objetivo de su carrera. Para la ocasión, había pintado su casco con los colores del mítico Gilles Villeneuve. Finalmente, dejando atrás tanto surrealismo, salió a la pista emocionado, aceleró a tope... hasta que su monoplaza, cortesía del estilo Andrea Moda, se paró a veinte metros de la salida de boxes, donde ya no se podía empujar de vuelta. Y desde allí, con el casco puesto, el británico vivió toda la sesión preclasificatoria. El coche de su compañero Moreno duró tres vueltas.



El resto de la temporada se vivió de forma similar. O incluso peor. Pero será historia para el próximo capítulo.


Fuente: www.elconfidencial.com

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JimClark

JimClark

16/08/2011 00:45

No se si el peor, pero uno de peores seguro.

Salu2

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