Alonso, primero con los karts, primero también en Fiat 500, mago en cualquier cosa que tenga cuatro ruedas y un motor. Rossi, mientras, pelea como un titán entre coches de choque con Bianchi, primero, y Massa, después. Termina tercero la carrera, justo por detrás de su compañero en Ducati, Hayden. El primer duelo de los dos grandes ídolos de Italia acaba con el español ganando todo. Y fácil...
Termina el acto, fuegos artificiales en la noche de Madonna, pista de hielo con charcos de agua que hicieron temer la suspensión, pero el frío regresó a este lugar de los Alpes italianos para hacer realidad el momento que muchos querían ver: Rossi y Alonso en la misma pista. La lesión del italiano pudo posponer el desafío, pero el hombro aguantó. Massa, Fisichella, Gené, Hayden y Bianchi sólo fueron invitados de excepción.
En el veredicto de los aplausos de las presentaciones se impuso Valentino, con su cara de niño travieso y sus andares extraños. Pero después, tras las carreras, los sonidos de las palmas se igualaron para Alonso, aunque estemos en Italia y Rossi es su gran mito de las carreras. "Estoy orgulloso de compartir pista y un momento como este con un grandísimo piloto como Valentino", dijo un Alonso sonriente en el podio, un instante antes de bañar en champán a sus compañeros. Y el italiano también dio sus impresiones sobre el duelo: "Ha sido una semana espectacular y las carreras han sido divertidas. Al final, me decidí a participar porque el ambiente era excepcional, los aficionados se lo merecían. Sufría rebotes en los baches, pero nada serio. Valió la pena".
Fuente: as.com