Pese a las mentiras de Maranello así sienten de verdad los tifosi.
Fernando Alonso regresa al Gran Premio de Italia sin vestir de rojo Ferrari por primera vez desde 2010. Entonces ganó y se metió en la pelea por el Mundial. Hoy aterriza envuelto en una temporada negra como su coche, muy lejos del peor Ferrari que llevara nunca.
¿Cómo le recibirán tras su salida el pasado invierno? ¿Habrá mofas o aplausos? ¿Vettel le ha borrado ya del corazón de los que le adoraron, y eran legión? Leyendo a los colegas de prensa italianos pareciera que de Fernando sólo queda un vago recuerdo. Parece el peaje a pagar por ser de los pocos que ha elegido irse de Maranello.
En la tienda Ferrari de Milán, "se vende todo lo de Fernando"
Pero a pie de calle, en la vieja y encantadora Milán que despide el verano, la realidad es bien distinta. Sin fisuras, al aficionado a la Fórmula 1, al ferrarista, le apena profundamente ver a Fernando en la situación que está. Da igual preguntar a un estudiante que al erudito o al dependiente de la lujosa tienda Ferrari de la Piazza del Duomo.
"Aquí seguimos vendiendo cosas de Fernando. El casco, los coches a escala, algún casco pequeño... Se vende todo", cuenta Christian, ataviado de Ferrari en medio de la tienda milanesa. "Vettel también vende mucho, desde luego más que Kimi, ha caído muy bien. Pero con la situación de Fernando no sé qué se piensa en España, pero aquí no disfruta nadie. Que es un gran campeón lo sabemos todos, pero tuvo poca suerte", valora mientras confiesa el precio del único monoplaza real en la tienda: un millón de euros. Era el de Fernando de 2012, cuando fue subcampeón. "También se ha vendido".
"A mí me caía simpático", dice Lucrecia, estudiante de Trieste. "No me gusta nada verle tan atrás porque tengo un bellísimo recuerdo, de un gran campeón que no llegó en el momento justo".
"El futbolero hace bromas, el ferrarista está apenado por él"
Milán acoge la Fórmula 1 desde 1950 y con Ferrari han tenido genios, figuras, campeones de todos los colores. Aman sus colores pero no les ciega. "Al futbolero, al que no se informa o no lee, se le puede engañar, pero al que le gusta la Fórmula 1, no. El primero puede hacer bromas de cómo está Alonso ahora, de que se fue para ser campeón y todo eso, pero el tifosi de verdad llora viéndole pelear al fondo. A mí se me caen las lágrimas cuando le veo último. Es como si Messi o Cristiano jugaran en el Palermo".
La diferencia de Ferrari
Habla Matteo Hoepli, el dueño de la librería más vieja de Milán y una de las más antiguas de Italia. Su análisis es más sesudo. "Alonso era la diferencia en Ferrari, el que lograba los podios cuando no debía, el más fuerte. El cuadro dirigente fue quien no estuvo a su altura, le prometían año tras año todo, pero se cansó . Un campeón no puede esperar, creo que hizo bien en irse", asegura. "Muchos nos disgustamos cuando se fue, porque Kimi vale mucho menos. Aunque Vettel desde luego se está mostrando a su altura".
Aquél 2010 en que Alonso sacudió Monza fue el mejor de todos los de Fernando en Maranello, el más intenso, el que volvió a despertar el nervio en el estómago de millones de tifosi. Ganó cinco carreras y eso no se olvida.
"Con el Red Bull de Vettel hubiera ganado cuatro mundiales"
"Si hubiera llevado el Red Bull de Vettel habría ganado él cuatro mundiales", valora secándose el sudor Daniele, aparca coches en el céntrico garaje San Fedele. "De Ferrari ya sólo queda el nombre. Schumacher tuvo todos los medios a su alcance y Alonso no tanto. Estuvo más limitado y aun así estaba muchas veces arriba. Michael ganó y Fernando no pudo y la gente tiende a olvidarle", señala.
Ninguno se rasga las vestiduras porque Fernando recuerde que Ferrari sigue donde estaba, lejos del título. "Es que Ferrari está algo mejor, pero sigue sin poder ganar el título, sigue como antes. No sé si Alonso se fue o Ferrari contrató a Vettel y le animó a irse, pero para mí Alonso es un grande y le agradezco la emoción que nos hizo sentir", cierra Matteo.