McLaren promete velocidad a Alonso
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Fernando Alonso se ajusta la gorra, antes del último GP de Brasil.
Deshilachar un contrato de Fórmula 1 no es cualquier cosa. El laberinto de cláusulas requiere paciencia y voluntad para avanzar y, sobre todo, retroceder. Lo sabe bien la gente de Fernando Alonso, con experiencia en el asunto. A principios de noviembre de 2007, el manager del piloto, Luis García Abad, y un abogado de la firma Garrigues se encerraron en Woking, la sede de McLaren, para desmontar un acuerdo de tres temporadas imposible de cumplir por incompatibilidad de caracteres. Siete años después, en Maranello se repite la escena, ahora para romper con Ferrari. Ninguno de los dos viajes salió como se esperaba, aunque el primero, cabriolas del destino, puede darle revancha ahora al español. Si las negociaciones no se estropean, en los próximos días se confirmará su regreso a la escudería británica.
El denso papeleo reclama paciencia y un ritmo distinto al de las urgencias mediáticas y del paddock, que espera el anuncio la próxima semana, en la víspera de la última carrera del año. Necesitan cerrar bien una puerta para abrir la otra, con mucho dinero en juego ante cualquier paso en falso. Firmará el contrato más alto de la historia de la Fórmula 1, sin cifras concretas filtradas aún, pero que superará los 30 millones de euros al año.
Ferrari también camina con cuidado a pesar de las urgencias de Sebastian Vettel, quien será el relevo de Alonso. El arrebato del alemán en el Gran Premio de Japón (su repentino adiós a Red Bull) tensionó las conversaciones sobre el finiquito del asturiano con la escudería roja. ¿Se va o le echan de Ferrari? ¿Despido o salida pactada? Vettel puso en una delicada posición a su futuro equipo, obligado para hacerle hueco a quitar a uno de sus dos volantes actuales, ambos con contrato en vigor.
Alonso, hace meses, fue el primero en comunicar sus intenciones de cambio de aires a la Scuderia, pero la aceleración de Vettel alteró la negociación. Ambas partes quedaron con mala cara. La marca porque se desveló antes de lo previsto su carta de relevo y el piloto ovetense por sentir cierta deslealtad después de sus esfuerzos por levantar el escudo del caballo negro. Desde el principio ha intentado una salida sin estridencias del equipo donde más anclas sentimentales ha echado. No encontró un coche ganador, pero sí muchos amigos.
Días atrás, al finalizar la carrera de Austin, invitó a sus mecánicos y personal de asistencia a una de las fiestas más exclusivas de todo el calendario del Mundial, el Amber Lounge (evento que aparece en los destinos más lujosos, como en Abu Dhabi, la próxima semana). Hablamos de casi 50 miembros de Ferrari con pulsera vip todo incluido a 500 euros por cabeza. Les hizo pasar a todos por la puerta. Hubo brindis, bailes y la primera ración de lágrimas de una despedida que se abrochará el domingo 23 en el circuito de Yas Marina, tierra de llantos rojos, pues fue allí donde en 2010 el título de campeón del mundo se le escapó a Alonso de los dedos por culpa de un error estratégico clavado en los libros de historia de la F1.
La marea le empuja hacia McLaren, aunque el trato está todavía por cerrar. El escenario provoca situaciones curiosas, de conflicto de intereses, en las últimas carreras. Alonso, observado atentamente por su facción enemiga en el cuadro de mandos de Ferrari, ha respondido con escrupulosa profesionalidad a la hora de pelear en la pista, precisamente contra los McLaren, por conservar para su actual equipo la cuarta plaza de la clasificación de constructores. Esta posición supone 14 millones de euros más para las arcas ferraristas a final de año.
McLaren promete olvidar el turbio pasado (2007), mucho dinero y victorias. Creen que el próximo año contarán con un monoplaza ganador. Alonso ya tiene en su ordenador los primeros informes del nuevo motor Honda que montarán los coches ingleses en 2015. "En noviembre, todos los equipos corren mucho el año siguiente...", avisa una fuente del paddock habituada al mercado invernal de pilotos. Las escuderías dibujan velocidad para tentar a los volantes de elite y, sobre todo, a los patrocinadores. Pero Alonso tiene experiencia y no es fácil de engañar. En este caso, los datos que le han llegado desde Woking son prometedores.
McLaren y el asturiano parecen condenados a entenderse, atendiendo a la situación de la parrilla. Mercedes, la vía más segura y rápida hacia los triunfos, tiene pilotos con contrato para la próxima temporada, y sólo una crisis final en la pelea por el título podría sacudir la escena. La única posibilidad para Alonso de dar ahora con un asiento libre en Mercedes sería que Lewis Hamilton, que sigue sin renovar para 2016 y cada vez parece más molesto por las simpatías del equipo hacia Rosberg, diera la espantada. "Si pierde el título y siente que la escudería ha ayudado a su compañero, podría pegar el portazo", apunta otra garganta profunda del paddock. Veremos. Días muy calientes quedan por delante en la Fórmula 1.