Si por algo es conocida la pista de Monza es por su dureza en cuanto a frenos y, sobre todo, en cuanto a motores. Por eso casi todos los pilotos de la parrilla estrenan motor este fin de semana. El objetivo es reducir al máximo el riesgo de rotura, ya que aquí los propulsores van a máximas revoluciones durante más del 70% de la vuelta.
Sólo Rubens Barrichello y Pedro de la Rosa mantienen los que usaron en Spa, el 6º en el caso del brasileño y el 8º (y último) en el caso del español. Los dos Ferrari se ven obligados a estrenar el último propulsor nuevo que les quedaba y a partir de ahora tendrán que afrontar las cinco últimas carreras del año con los que ya han usado.