"En la penúltima vuelta yo ya había decidido que el punto no me lo iba a quitar Liuzzi," recuerda Jaime. "Frené con dureza en la entrada antes de meta, y perdí la parte de atrás por un momento, no tenía dirección del monoplaza y debido al agua sobrevolé la chicane".
"En este momento Liuzzi estaba detrás de mí a un segundo, de modo que afronté la chicane en solitario, y él detrás mío. En una palabra, no gané ni una posición, la diferencia que obtuve sobre Liuzzi en aquel sector, la repetí en la última vuelta pasando correctamente la chicane", explica el piloto barcelonés.
A pesar de que, en otras ocasiones, una acción similar no tuvo sanción por parte de los comisarios, Alguersuari asume la decisión. "Sé que aprendo rápido, no sólo a entender mi Toro Rosso y a conocer mejor los circuitos, sino también a asumir cómo funciona la Fórmula 1 por dentro y la lógica y la ilógica en la aplicación de reglamento. Asumo mi sanción como no puede ser de otra manera".Sin embargo, Jaime reconoce que no esperaba ser sancionado por lo ocurrido. "Ni por un momento se me pasó por la cabeza que mi desigual lucha con Liuzzi podía acabar con una sanción que me arrebató el punto que tanto me costó ganar".
"Las cosas son así," concluye el joven piloto de Toro Rosso. "La penalización está aceptada y ya es solo una anécdota. Lo que cuenta para mí, en definitiva, es mi trabajo durante todo el fin de semana. Dije hace unas semanas que cada día me siento mejor, y lo mantengo".
Con su casillero estancado en tres puntos tras lo ocurrido en Bélgica, la próxima cita del Mundial llevará a Toro Rosso a Monza, su carrera de casa y el lugar donde consiguió su única victoria en Fórmula Uno hace dos temporadas.