
Hamilton, que fue representado por su abogado en el juicio y envió dos cartas explicando su versión de lo ocurrido, tendrá que pagar 500 dólares australianos (344 euros) por lo ocurrido.
"El revuelo provocado por este incidente ha sido muy grande y en si mismo, ha sido una forma de castigo para mí," decía Lewis en el escrito. "He estado muy preocupado porque soy un apasionado de la seguridad vial y llevo a cabo actividades para promover la seguridad en carretera de manera voluntaria, especialmente para los jóvenes".
Recordamos que el Mercedes C63 AMG que conducía el piloto de McLaren fue confiscado y subastado por las autoridades australianas, siendo vendido por 120.000 libras (146.000 euros), un precio más alto que el del propio coche.