
El chasis es bastante más largo que el de un monoplaza normal y a los lados del piloto, en una posición más retrasada, se han colocado otros dos 'cockpits' para que un par de aficionados puedan subirse y experimentar velocidades de más de 300Km/h.
El último 'triplaza' de Ferrari que se recordaba data del año 2005.


