La situación no es nueva ya que se produce en muchos de los circuitos de este renovado y globalizado calendario del Gran Circo como Sakhir o Sepang han mostrado en esta temporada... ¡si hasta en Montmeló había claros en las gradas!
Por supuesto, no culpo a los aficionados de la situación. Las entradas son caras, el espectáculo en algunos circuitos brilla por su ausencia y el pase sólo da derecho a un pedazo de hierba o un asiento en el que ver pasar a los coches generalmente en procesión.
A pesar de estas circunstancias, las gradas del Albert Park están abarrotadas, Monza es un espectáculo y Spa es un lugar de esos a los que hay que acudir una vez en la vida. Mientras, en lugares como Turquía, las cámaras tienen que modificar su orientación para no mostrar la evidencia: las gradas están vacías.La idea de Bernie Ecclestone de globalizar la Fórmula Uno colocando un 'tilkódromo' en cada rincón del planeta por colonizar puede ser rentable en términos de mercado, pero la pérdida de imagen del Gran Circo y las cada vez menores posibilidades de los aficionados de acudir a las carreras superan con creces esos puntos positivos.
Lo más preocupante es que esta tendencia de construir circuitos insípidos en lugares exóticos va camino de convertirse en norma. Si hablamos del retorno del Gran Premio de Estados Unidos, hay que reconocer que Texas no tiene nada de exótico, pero... ¿alguien se ha parado a pensar en quién irá a ver la carrera a Austin?
Por si fuera poco, en breve llegará la India, Bulgaria y algún Gran Premio más haciendo que las cuentas del señor Ecclestone y su compinche Hermann Tilke no hacen más que aumentar su número de ceros, mientras los aficionados soñamos con que ojalá el Gran Premio de Turquía se celebrara en Imola o Brands Hatch.