"No es ningún secreto que tenemos que seguir empujando", dijo Whitmarsh, con la certeza de saber que si no hacen nada Red Bull podría sumar todas las poles hasta fin de año. "Tenemos una serie de mejoras que llevaremos a Barcelona, y durante los años hemos demostrado nuestra capacidad de mejorar en cada carrera, y este año no puede ser una excepción".
Whitmarsh también admitió que su equipo se quedó algo frustrado por cómo se abordó el tema del sistema de control de la altura - primero dando luz verde para desarrollarlo, para finalmente prihibirlo tras Malasia. "Sabíamos previamente que no podría haber partes móviles que influyan en la aerodinámica del coche", dijo.
"Sabíamos por reglamento que no se pueden tener partes móviles en la suspensión, pero teníamos la sensación de que quizá algunos equipos se aprovecharon de esa situación. Preguntamos a la FIA y nos sorprendieron cuando se nos dijo que estos sistemas eran legales. Por ello, empezamos a desarrollar nuestro sistema con la intención de usarlo en China. Luego, antes de la carrera, la FIA había reconsiderado su posición y los habían prohibido".
"Así que fue una pena no instalarlo, nos habría dado una pequeña ventaja pero qué le vamos a hacer, ahora toca trabajar. La FIA tiene que tomar decisiones difíciles. Siempre se puede hacer mejor, pero sería mejor que tuvieran las cosas claras desde el inicio."A pesar de tener que dejar a un lado el sistema, Whitmarsh asegura que el equipo está más que listo para sacar más rendimiento del coche. "Podemos generar más agarre, más eficiencia aerodinámica, menos sensibilidad, reducirlo de peso, podemos hacer todas esas cosas. Ése es nuestro trabajo y lo que tenemos que lograr".