La Scuderia Ferrari ha detectado por fin el fallo de diseño que ha hecho que varios de sus motores se hayan roto en las cuatro carreras que llevamos esta temporada. El problema está en las válvulas neumáticas, que dejan escapar demasiado aire del propulsor durante la carrera.
El año pasado, durante las paradas en boxes, el corazón de los coches rojos tenía tiempo suficiente para recuperar el aire perdido en pista, pero con la modificación de la normativa de repostajes, esta temporada los coches no paran en el 'pit' el tiempo suficiente para "respirar".
La revista Auto Motor und Sport informa de que, por este motivo, Ferrari podría pedir autorización a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) para modificar sus motores y hacerlos más fiables.
Aunque la congelación de motores sigue vigente, en principio no debería de hacer ningún problema para que la FIA autorizase la modificación, pues ya lo hizo así también en el caso de Renault a principios de temporada y con el mismo motivo: aumentar la fiabilidad.