En lugar de agrupar los coches en un garaje de la FIA, se experimentó con un sistema con cámaras montadas en el garaje de cada equipo. Las cámaras garantizan que los equipos no trabajen en los coches durante el régimen de parque cerrado.
Las cámaras registran imágenes de cada box en baja resolución en condiciones normales, pero si se detecta movimiento cerca del coche, se cambia automáticamente a un modo de alta resolución.
Habrá comisarios pendientes de las cámaras de todos los garajes y alertarán al personal de la FIA si ven que algo pasa en alguno de ellos. La idea funcionó muy bien en Bahrein y seguirá en vigor durante el resto de la temporada.