El fin de semana ya se informó de que la FIA ha instado por lo menos a tres equipos (McLaren, Mercedes y Renault) a cambiar la parte trasera de sus monoplazas antes de la carrera de Australia, ya que no se adecuan a la normativa actual.
El jefe técnico de la Federación, Charlie Whiting, fue el encargado de revisar en Bahréin todos y cada uno de los coches de la parrilla y se dio cuenta de que algunas escuderías habían interpretado de forma demasiado extrema una parte del reglamento. El principal problema es que hay equipos que utilizan el agujero permitido para meter en motor de arranque como un plano más del difusor.
El reglamento establece de la siguiente forma la existencia de ese agujero en el Artículo 3.12.7: "Una simple ruptura en la superficie sólo se permite para facilitar mínimo acceso requerido para el dispositivo contemplado en el artículo 5.15. [Se supone que se refieren al motor de arranque, a pesar de que se habla de él en el artículo 5.16]."Pero como pasa siempre en estos casos, la palabra "mínimo" puede ser interpretada de muchas formas, y algunos ingenieros han aprovechado la situación para aumentar el rendimiento aerodinámico de sus proyectos.
El Consejo de Administración de la F1 considera que los equipos están sobreexplotando las normas con lo que están haciendo, aunque no estén estrictamente fuera de las normas. Por eso se espera que los diseños más polémicos vistos en Bahréin sean declarados definitivamente ilegales.
El jefe de uno de los equipos afectados, Martin Whitmarsh (McLaren), comentó: "Hay un debate entre todos los equipos acerca de lo que vamos a hacer. Hay agujeros en el difusor para el arranque, nuestro agujero no es mayor que el del coche que ganó el Campeonato el año pasado. Y tampoco es más grande que el de otros cuatro monoplazas de la parrilla."