Sin duda, Sebastian Vettel es uno de los pilotos más queridos del paddock por su forma de ser. Desde su pasión por los Beatles que le hizo pagar 3.500€ por un vinilo de un disco de los de Liverpool hasta su curiosa forma de llamar a sus monoplazas.
Todo comenzó en 2008 cuando Vettel, en las filas de Toro Rosso, comenzó a llamar a su monoplaza con un nombre de mujer, Julie. Visto el buen rendimiento de Julie, Sebastian continuó con su superstición apodando al RB5 de 2009 como Katie.
Pero la enorme evolución que el equipo introdujo en el monoplaza en las primeras carreras de la pasada campaña hizo que el joven alemán rebautizara su monoplaza a 'Kate's Dirty Sister' (la 'hermana sucia de Kate'), porque se convirtió en una máquina más "rápida y agresiva".
Y para 2010, Sebastian no podía dejar la oportunidad de poner nombre de mujer a su monoplaza y el elegido ha sido 'Luscious Liz' (que podría ser traducido como 'deliciosa' o 'seductora' Liz). "Como un barco, un coche debe ser el nombre de una chica, ya que es sexy," afirma el joven piloto de Red Bull.