El alemán, que lideró la tabla de tiempos en la complicada jornada de ayer gracias a haber marcado el registro más rápido en los primeros minutos del día con el suelo aún seco, aprovechó el día para adaptarse a su nuevo monoplaza.
Tras setenta carreras en la escudería Williams, Rosberg padeció en Valencia los típicos problemas de un piloto con su nuevo equipo, sobre todo en relación a su posición al volante, demasiado baja para los gustos del joven alemán.
"El coche ha ido muy bien hoy en comparación con Valencia, donde estaba sentado demasiado bajo, lo que afectó a mi visibilidad ya que la instalación no fue perfecta", comentaba Nico al término de la sesión. "Hoy me he sentido muy cómodo y he podido tirar, por lo que fue un día agradable y un buen comienzo para mis pruebas."Rosberg podrá sacar pocas conclusiones con respecto al rendimiento de su nuevo coche dadas las complicadas condiciones meteorológicas del día de ayer, que se podrían repetir mañana ya que se prevee también lluvia en el circuito de Jerez.
"Nuestro objetivo aquí es aprender tanto como sea posible, hacerle kilómetros al coche y al motor para comprobar la fiabilidad y avanzar en nuestro trabajo de puesta apunto. La lluvia fue un poco frustrante, pero el coche se siente bien para conducir y eso es lo importante," concluyó el alemán.