Estaba previsto que esta prueba se realizase en el mítico óvalo de Indianápolis, pero las bajas temperaturas han obligado a buscar una localización más cálida. Así que finalmente el primer contacto con el monoplaza (que lucirá el número 40) se ha producido en el trazado de Sebring, en el estado de Florida. Dentro de unos días le llegará el momento de probar los óvalos, una gran novedad para Jordà.
"Ojalá salga todo bien y en uno o dos años pueda correr la IndyCar. Me encantaría algún día poder correr las 500 millas de Indianápolis, que es una carrera muy grande."
"Hay que acostumbrarse a los circuitos, que aquí están bastante bacheados. Me han dicho que son carreras muy diferentes. Vas a fondo casi todo el tiempo. Son carreras en las que no importa tanto la conducción, gana el que mejor estrategia tenga."
Su debut se producirá el próximo 28 de marzo en el GP de San Petersburgo (Florida), en la que será la primera de las 14 pruebas de una temporada que Jordà afrontará con un objetivo claro: dar el salto a las IndyCar Series, categoría reina de monoplazas en Estados Unidos, en 2011.