"[El Spygate] era un asunto secundario de gente con cargos menores dentro del equipo, pero que al final se convirtió en algo trascendental. No se debió actual de esta manera. Pero como siempre pasa cuando el tiempo avanza, la verdad saldrá a la luz."
"Lo que realmente no me gusta en absoluto es ver cómo se daña la reputación de la empresa por motivos cuyo origen está en el hecho de con qué intensidad he peleado siempre por lo que he considerado correcto tanto para la Fórmula 1 como para McLaren. Este es el precio que a veces no se queire pagar, pero hay que hacerlo."
Dennis cree que todo lo relacionado con el asunto del espionaje es propio de la F1 - donde la costumbre es realizar valoraciones a la ligera de la gente desde la barrera. "No puedo mirar a la F1 de otra forma que no sea con cariño, ha estado en gran parte de mi vida. Pero esas cosas me hacen sentir frustrado".
"Puedo sentarme en el muro y parecer serio, centrado, y en ese instante un cronista de cualquier país dice: "Oh, míralo, ¿está abatido?, y esa es la única idea que se saca de la imagen. Tengo una personalidad muy alegre, pero si toca trabajar, toca trabajar".Además dijo: "Si escribes los nombres de todos los jefes de equipo de los últimos 10 años y cuentas cuántos han ganado por lo menos cinco carreras, la lista queda muy pequeña. Eso muestra que este negocio requiere la máxima dedicación, y por esa dedicación la gente no entiende todo lo que lo acompaña. Es el precio a pagar, pero no me causa problemas".
"Lo que sí me causa dolor es ver cosas que no se han hecho como debe ser. Prestar atención a los detalles es fundamental para que esta compañía y en general todas puedan crecer. La gente me ve como si viviera en un mundo aparte. No lo estoy; sé de buena mano lo que sucede alrededor. Hay gente en la empresa, y no lo digo como algo de lo que estar orgulloso, que me tiene miedo. Eso pasa porque no me comprenden."