BMW comenzó facilitando propulsores a la escudería Williams y ahí llegaron sus mayores éxitos, con Juan Pablo Montoya y Ralf Schumacher al volante. Lástima que el "kaiser" no les permitiese llegar a ser Campeones del Mundo en ningún momento. En 2006 la casa alemana quiso tener un equipo propio y se lo compró a Peter Sauber: dos años de adaptación, un tercero de aspirar a victorias y un cuarto (y último) que preveía ser el de luchar por el título, pero que finalmente ha sido un desastre y ha llevado al equipo a su desaparación.
La escudería también ha preparado en su página web un album de fotos muy especial con motivo de su despedida. Hasta siempre BMW.