"No estaba preparado. Y no lamento la decisión de la FIA porque no tenía esa ambición, aunque hubiera sido divertido," reconoce el campeón galo en su página web. "Pero ya no hay nada más que hacer. Se acabaron las suposiciones y los análisis que han mantenido ocupados a los periodistas hasta hoy".
"He trabajado la resistencia y el cuello. Todo sin saber si podría correr o no, pero me he preparado seriamente por si acaso," comenta el francés. "De toda formas era una preparación que me servirá para las Le Mans Series, aunque la Fórmula Uno es mucho más exigente que un rally. Por mis capacidades físicas, entre otras cosas, he dudado de poder afrontar el reto".
El alsaciano, que podría ganar este fin de semana su sexto campeonato mundial de rallies, duda de que su preparación fuera adecuada. "Hay que recordar que el corazón late a más de 180 pulsaciones por minuto al volante de un Fórmula Uno"."Este era un premio, una oportunidad que me había ofrecido Red Bull y será difícil que tenga otro hueco para correr un Gran Premio," explica Loeb, que reconoce que la Fórmula Uno le sigue tentando. "Eso sí, si me dejan probar de nuevo un Fórmula Uno, iré encantado".