En líneas generales, y aunque las dos últimas temporadas de Fórmula 1 han estado plagadas de polémicas, Mosley dice que: "La FIA ha hecho un gran progreso y debe sentirse orgullosa por ello."
Max comenzó su mandato de una forma muy dura emocionalmente, ya que tuvo que vivir la muerte de Ayrton Senna y Roland Ratzenberger en 1994, aunque a la larga esto ayudaría al organismo a replantearse las medidas de seguridad que rodeaban a la F1 y desde entonces: "Se ha mejorado la protección de la cabeza y del cuello, hay mejores arneses, cascos contra impacto, y otras muchas innovaciones que han contribuido a una mejora en seguridad. Sin estos avances, el reciente accidente en Suzuka se habría convertido en otro trágico fin de semana como el de Imola de 1994."
El actual presidente también admitió que la F1 le ha dado muchos dolores de cabeza: "La F1 siempre ha sido controvertida. Es difícil mantener los costes de la alta tecnología y ser regulador del Campeonato. A pesar de la inevitable polémica, la F1 continúa siendo el motor del deporte automovilístico. A veces, las decisiones más impopulares, son las más beneficiosas a largo plazo."El dirigente termina deseando lo mejor a su sucesor: "Deseo a mi sucesor y a todo su equipo lo mejor para el futuro. Espero que de una manera modesta a través de miembros del Senado y de la Fundación seguir manteniéndome en contacto con los clubes y con los nuevos dirigentes de la FIA. Pero sólo ofreceré asesoramiento y específicamente si me lo piden. Ha llegado mi hora, es hora de dar un paso atrás y disfrutar de una vida mucho más tranquila."
Pues hasta siempre Max, te recordaremos, pero seguro que no te echaremos de menos.