Aún restan cuatro carreras para acabar la temporada, pero tras el nuevo fiasco de Monza, a Sebastian Vettel le separan 26 puntos (con 40 por disputar) del líder del Mundial de Pilotos y en el de Constructores la distancia con Brawn GP ya es de más de 40 puntos (con 72 aún en juego). A la vista de los datos, todo parece indicar que ambos títulos serán para los coches blancos.
Opciones aún tiene Red Bull, pero Mateschitz no cree en milagros: "De hecho, se había terminado incluso antes de Monza. Es porque nuestro motor es inferior y por el hecho de que las normas limitan cada piloto a ocho motores al año."
Para el austríaco, la culpa es de los motores Renault: "Por supuesto, una victoria en carrera no es imposible, pero no esperamos poder estar entre los primeros con los dos pilotos las cuatro carreras que faltan. A partir de ahora ni siquiera podemos rodar mucho en las sesiones de entrenamientos porque no tenemos motores de recambio, lo que resulta una situación extraña."
Eso sí, por lo menos está satisfecho con el rendimiento general de Red Bull: "Sin duda. Nuestros progresos este año han sido tremendos, pero el mejor coche y el mejor piloto por sí mismos a veces no son suficientes."