"Esta es la última auténtica pista de alta velocidad en el calendario. En las cuatro largas rectas has de mantener el nivel de rozamiento bajo, es crucial, así que tenemos que rodar con menos carga aerodinámica que en cualquier otro sitio durante la temporada, lo que implica el uso de un alerón delantero modificado y un alerón trasero nuevo y extremadamente pequeño", decía Rampf.
Otra cosa que también tienen que hacer los ingenieros, y también los pilotos con sus reglajes, es darle al coche una buena estabilidad en las frenadas (el circuito de Monza cuenta con tres chicanes) y que permirta pasar por los bordillos agresivamente. Esto es imprescindible para poder ser rápido en el circuito italiano. Willy está deseando que empiece el Gran Premio, ya que siempre le gustan las carreras en Monza.
"Un reto adicional para los pilotos e ingenieros es dotar a los coches de una estructura mecánica que garantice una buena estabilidad en las frenadas y permita el paso por los bordillos de forma agresiva, ya que esto es absolutamente esencial en el establecimiento de un tiempo de vuelta rápido. Estoy muy ilusionado con la carrera, ya que siempre hay un ambiente muy especial en Monza", declaró el director de ingeniería de BMW.