Alejado de la gloria de Räikkönen estuvo Luca Badoer, que cerró la tabla clasificatoria a 102 segundos de su compañero de equipo en la que quizá ha sido su última carrera en Fórmula Uno.
"Estábamos muy por detrás en la primera carrera en comparación con los principales equipos y dimos un gran paso adelante en Barcelona, pero aún así no ha sido suficiente y no hemos tenido componentes nuevos para el coche durante algunas carreras porque estamos centrando nuestros esfuerzos en el próximo año," decía Räikkönen en la conferencia de prensa de después de la carrera. "Quiero decir que conseguir la victoria ahora, mucho después de la última mejora, es perfecto. Mi objetivo era ganar al menos una carrera e intentar mantener la tercera posición en el campeonato, así que esto nos ayudará mucho, aunque hoy he tenido que esforzarme para lograr la victoria."
La clave de la victoria de Räikkönen ha sido el uso del KERS en la salida para pasar de la sexta a la segunda posición y después, en la resalida tras el coche de seguridad, colocarse por delante de Giancarlo Fisichella y conseguir el liderato.
"Sabía que necesitábamos adelantarle porque más o menos íbamos a entrar en la misma vuelta y si no lo hubiera hecho después del coche de seguridad tenían demasiada velocidad para lograrlo después," comentaba. "Simplemente me aseguré de estar lo bastante cerca después de la primera curva y luego fui lo más pegado que pude por Eau Rouge. Tenía bastante subviraje y me salí un poco en lo alto de la colina, pero cuando usé el KERS pude colocarme a su lado y luego adelantarle, así que fue bastante fácil pasarle así. Sabía que entonces, si no cometíamos ningún error, la carrera iría bien."
A pesar de estar presionado durante toda la carrera, Räikkönen no cometió errores y cruzó la meta a menos de un segundo por delante de su rival de Force India. "Sabía que él era más rápido," admitía Räikkönen. "Probablemente cometimos un pequeño error al poner neumáticos duros en la primera parada, no se calentaron y quizá tres vueltas antes de la parada empezaron a funcionar mucho mejor y pude presionar más. Sabía que si conseguía mantenerle detrás en la parada sería muy difícil para él adelantarme. Eran muy rápidos en el sector central, al salir de la última chicane. A veces se acercaba mucho, pero entonces yo empezaba a usar el KERS de forma ligeramente distinta para asegurarme de que no me pudiera pasar".