Claro que, demasiado tarde, porque en la prensa inglesa ya cargan contra Alonso y piden que se le descalifique. Por si fuera poco, los comisarios de la FIA en Hungría ya han abierto una investigación en la que escucharán las conversaciones de radio y puede que incluso llamen a los pilotos a declarar. Las "investigaciones" de la FIA en este tipo de polémicas suelen quedar en nada, pero no hace más que ayudar a levantar revuelo.
Hamilton, por su parte, ha intentado disimular diciendo que "no estaba molesto" por el incidente, aunque su cara de pocos amigos dijera lo contrario. El inglés ha dicho pese a todo que todo esto "necesita una buena explicación". "No entiendo por qué fui retenido. Creo que debo preguntárselo al equipo, y así lo haré durante la reunión de la tarde". "Nadie me dijo nada or la radio. Cuando entraba me avisaron de que Fernando estaba haciendo su parada y que tendría que hacer cola", ha añadido.
Hamilton ha intentado quitarle polémica al asunto diciendo que "lo encuentro todo bastante interesante y divertido, por lo que no estoy cabreado si te soy sincero". Sobre el comportamiento del equipo, ha añadido que "Pienso que han sido extremamente equitativos, al menos desde Mónaco".
Lo cierto es que entre todo el escándalo de espionaje y las constantes disputas entre sus pilotos, nunca un liderazgo había sabido tan amargo en la Fórmula 1.