Al parecer, los de Maranello han usado el contrato de suministro de motores para pedirle al segundo equipo de Red Bull que durante las tres horas de entrenamientos libres de los viernes de cada Gran Premio, evaluen el rendimiento de los motores Ferrari.
Evidentemente, esto supone un gran contratiempo para Toro Rosso, ya que no pueden usar los primeros entrenamientos de cada carrera para poner sus monoplazas tan a punto como ellos quisieran. Vamos a usar como ejemplo el pasado GP de Turquía.
En Estambul, los motores que tuvieron que montar los STR4 el viernes ya habían sido usados durante 6 horas (tenían unos 2.500Km a sus espaldas), algo que provocaba que fuesen 15Km/h más lentos que de costumbre. El sábado, ya con propulsores nuevos, el equipo se encontró con un comportamiento de los coches en pista totalmente distinto al mostrado el día anterior, con lo que todo el trabajo realizado fue para la basura.Franz Tost, jefe de Toro Rosso, lamentaba la situación: "Tras los primeros 1.400 kilómetros, la potencia disminuye drásticamente."