En el G.P. de Inglaterra del `77 (el mismo evento donde hicieron su aparición los Renault-Turbo), a bordo de un McLaren M23 alquilado, sorprendió a propios y extraños al realizar el 9º registro en su primera participación, en la competencia con mayor número de preinscritos en la historia de la categoría, logrando una gran labor al concluir en 11º lugar a 2 rondas del vencedor. A los tres meses, ya era un hombre de "La Rossa", con Carlos Reutemann como compañero, quien lo recuerda como el hombre con que mejor se llevó con el seno de un equipo.
El lamentable accidente en Fuji ese año hubiera sido menos lamentable si los espectadores hubieran hecho caso en que aquella zona del trazado no era segura (lado externo a la dalida de al última curva). De manera sorprendente el de Ferrri salió ileso.
1978 parecía un año de aprendizaje, pero el querer obtener resultados hizo que Gilles se precipitara y protagonizara muchos accidentes, ello llevó a que la prensa italiana quisiera llevarlo a la hoguera, mas la confianza de Enzo Ferrari se vio recompensada tras la formidable victoria del canadiense en su suelo, de punta a punta. Una buena manera de cerrar ese magro año.
Extremamente eficaz para las largadas y con frenadas en los límites de la física, fue entrando en la historia con disputas constantes y sin cuartel como la que llevó adelante con René Arnoux en Dijon Prenois el 1 de julio de 1979, aquel duelo por el 2º puesto significa a día de hoy mucho más que lo que fue la primera victoria de un turbo, la primera de Renault en la Formula-1, la que marcó el rumbo durante casi una década. Será por esto que el corazón de la afición no va de la mano de las estadísticas.
Temerario aunque generoso Villeneuve lamentó en lo más profundo de si, como aquel 26 de agosto, al tener que abandonar por la rotura de la suspensión trasera izquierda al llevar por casi todo el trazado al vehículo en 3 ruedas (y sobre el final de esa vuelta en 2) hacia boxes, perdía la posibilidad de seguir disputando el campeonato. Aquella temporada se había acordado con ambos pilotos que tras 2/3 de campeonatos, el que estuviera al frente recibiría prioridad en su lucha por el título. Así con los ojos bañados en lágrimas secundó a Jody Scheckter, asegurando así el campeonato para el sudafricano, dado que Jones había logrado una seguidilla de resultados que hacía peligrar un campeonato que debía ser para un piloto de Ferrari.
Su éxito en Mónaco de 1981, cuando con una Ferrari con un mal chasis y un motor turbo (debido a su gran potencia era considerado una desventaja para las calles del principado) arremetió contra todo el que se le opusiera, para que a 6 vueltas del final adelantase en la recta principal al, por entonces líder, Alan Jones y su Williams-Cosworth, concretando una obra maestra en condiciones cambiantes.
También fue sensacional la competencia en Jarama de aquel `81, cuando aguantó la punta durante todo el trayecto, alternándola disputa con Reutemann, Watson, Laffite y demás, para concluir los últimos giros con 4 vehículos a sus espaldas (Laffite con Ligier, Watson con McLaren, Reutemann con Willims y De Angelis con Lotus), y de ese modo coronar su 6º y última victoria en la "máxima".
Ese año, tras perder el ala delantera de su monoposto, hacía lo increíble para seguir rodando a buen ritmo y lograr un más que respetable 3º lugar, dejando un buen sabor en la boca para el próximo campeonato, el que parecía, sería su año.
Tras un comienzo complicado, la 4º fecha parecía ser suya, hasta que a pocas vueltas del final, su coequiper, Didier Pironi, desestima la orden de aminorar marcha, lo que Gilles consideró alta traición, y en el podio sólo permaneció el menor tiempo posible. Así el 8 de mayo de 1982, en el trazado de Zolder, ya sin intenciones de volver a salir, Villeneuve veía como Didier Pironi, a 10 minutos del final de la sesión clasificatoria, le rebanaba algunas décimas a su registro, y con la sangre en el ojo decidía que eso no podía quedar así. Pidió un nuevo intento, y tras salir a pista, y volviendo ya de su vuelta lanzada, se encontró con el March de Jochen Mass en la veloz curva Telarmenbocht, para esa vez no salir con fortuna de un nuevo accidente.
Pero gracias a su constante entrega por ganar cada posición, pasó a ser un referente entre los tifosi (y muchos otros fanáticos y aficionados de la F-1 de todos los tiempos). De hecho en una encuesta hecha hace algunos años, quedó entre los mejores 10 pilotos por los entusiastas de este deporte.
"Era un artista que actuaba para la gente y su aplauso, ese fue su verdadero triunfo..."
Enzo Ferrari
"Merci beaucoup Gilles".