
Los ex-administradores de Super Aguri, expertos de la empresa PKF, manifiestan ahora, que el equipo, si no hubiera sido por Honda, podría haber sido rescatado facilmente. Al parecer, PKF ya había conseguido un comprador para el pequeño equipo, pero la propuesta fue rechazada desde Tokyo y los responsables de PKF encargados de la venta fueron despedidos.
En ese momento, Honda, que era la mayor acreedora de Super Aguri, designó a otro grupo para supervisar la desarticulación completa del "equipo B".
Miembros de PKF decían: "Honda no quiso Super Aguri expuesto al mercado. Pequeños acreedores votaron a favor de nuestras propuestas."