El motivo de la controversia volverán a ser los difusores de Brawn GP, Toyota y Williams, que aprovecharon una laguna legal para sacar beneficio. "El GP terminará con una decisión de los comisarios, los que se vean perjudicados recurrirán y todo terminará en la Corte de Apelación", dijo Mosley.
Y la culpa de todo esto la ha vuelto a tener la tardía reacción de la FIA: "Será difícil juzgar, se puede decir que son legales y se puede decir que no. Si hubiésemos tenido tiempo se podía haber sometido la cuestión a la Corte de Apelación de la FIA antes del Gran Premio de Australia."
"He pensado que hacerlo esta semana no era el momento, no hubiera sido correcto. Si todos los equipos hubiesen pensado que el dispositivo es ilegal, no deberían haberlo usado en las pruebas de Barcelona."Max dice que los equipos están divididos por este asunto. Por un lado están los que dicen haber respetado el reglamento y por el otro los que acusan a sus rivales de ilegales: "Comprendo a ambas partes, de verdad, alguno deberá ocuparse de esta cuestión y afortunadamente no soy yo."