El largo culebrón de la superlicencia ya toca a su fin. Todos pasarán por el aro, como ya sabíamos. La FIA tenía la sartén por el mango.
Quien no pague no corre, ese era más o menos el mensaje que hizo llegar Max Mosley a la GPDA. Primero algunos pilotos pagaron, o les pagaron la licencia, otros se quejaban, como Webber o Heidfeld, pero al final todos pagarán.
Pero pese a ello, los pilotos quieren hablar con Mosley antes de Melbourne. Imagino que pese a que no van a tener más remedio que pagar, tratarán de conseguir algún tipo de mejora que justifique, en parte, el incremento de precio de la superlicencia (más super que nunca).