Ayer, durante la celebración del Gran Premio de China 2018 de Fórmula 1, asistimos a un hecho que, a día de hoy, solo podemos presenciar en condiciones excepcionales: un McLaren adelantando a un Ferrari en pista. Ocurrió a falta de dos vueltas para el final de la carrera, con Fernando Alonso y Sebastian Vettel como protagonistas. El tetracampeón del mundo alemán tenía el coche dañado tras su colisión con Max Verstappen, que se lo había llevado puesto unas vueltas atrás en la curva 14 del Circuito Internacional de Shangái, y el piloto asturiano aprovechó esta situación para dar caza al de Ferrari y adelantarle. Sin embargo, primero a través de la radio y después tras bajarse del monoplaza, Vettel se mostró visiblemente molesto con la maniobra llevada a cabo por el español, pues no dudaba en asegurar que le había echado de la pista de manera intencionada.
Tensión entre campeones
"Tenía daños en el fondo plano del coche, el equilibrio desapareció. Está claro que el monoplaza no fue el mismo desde el toque con Max; tenía mucho subviraje. Fernando me sacó de la pista sin más. Fue intencionadamente. En ese momento del Gran Premio yo era muy vulnerable, así que podría haberme pasado más adelante. Creo que la manera en la que se metió en la curva fue 'ahora o nunca', y obviamente tuve que retroceder, o de lo contrario nos hubiéramos tocado. Personalmente, yo estaba contento si lograba terminar la carrera", explicaba el germano ante las televisiones.