Para algunos es un piloto demasiado "brusco", pero la mayoría de aficionados le contemplan como un futuro campeón del mundo de Fórmula 1. A sus 20 años de edad, Max Verstappen ya se ha convertido en uno de los referentes de este deporte. Con 3 triunfos y 11 podios en su haber, el neerlandés se postula entre los favoritos para luchar por los cajones más altos del podio. Pero antes de que dé comienzo la temporada 2018, el joven nacido en Hasselt (Bélgica) ha querido repasar sus inicios en el mundo del automovilismo, rememorando con ello su primera carrera de karts, la cual disputó con siete años, y sobre la que ha asegurado que su padre, Jos Verstappen, afrontó con mucho más nerviosismo que él mismo.
"Él estaba mucho más nervioso que yo, así que en realidad fue muy divertido. Vi a mi padre junto a la valla y, por su forma de actuar, estaba verdaderamente tenso y preocupado, pero logramos la Pole Position y ganamos ambas carreras. Todo fue perfecto, pero hablé con mi padre después de la primera prueba y le dije que estaba muy nervioso, a lo que él me respondió que era algo normal, ya que había sido mi primera carrera. En realidad, únicamente me centré en disfrutar y pilotar lo más rápido posible", ha comentado en unas declaraciones recogidas por The Guardian.Saber afrontar los problemas
Verstappen ha querido señalar la importancia de confiar en las propias capacidades de uno mismo, pues este es un aspecto que te ayuda a crecer y madurar tanto como piloto como a nivel personal. Por ello, destaca que la mentalidad es un punto con cierta importancia en este deporte, aunque al mismo tiempo reconoce que es un factor sobre el que se puede trabajar, considerando, por tanto, que la psicología no es algo tan esencial en el automovilismo como mucha gente puede llegar a pensar: "Por supuesto, siempre tienes que creer en ti mismo, y eso es lo que hice durante mi etapa en el karting. Evidentemente, para mí fue un poco más fácil porque ganaba muchas carreras y nunca tuve que dudar de mí mismo. Pero si comienzas a dudar de ti mismo pensando si realmente eres lo suficientemente bueno, tal vez tengas una razón por la que creer eso".
"Nunca pienso en el lado mental de las cosas, ya que no he tenido ningún problema al respecto. Si eres un poco débil mentalmente, quizá puedas entrenar y desarrollar tu mente. Mucha gente pregunta qué se necesita mentalmente para tener éxito en la Fórmula 1, y siempre me pregunto a qué se refieren con mentalmente. Es muy sencillo, cuando me subo al monoplaza me preocupo de disfrutar y pilotar lo más rápido que puedo, pero hay mucha gente que piensa que tu psicología es algo muy importante y, para mí, no es del todo necesaria", ha señalado.
De igual modo, ha querido compartir su mala reacción cuando, en dos de las pruebas, sufrió algunos percances y no pudo lograr el triunfo, asegurando que después de aquello se hizo más fuerte. Recordemos que Max ganó 68 de las 70 carreras que disputó entre Holanda y Bélgica: "Tuve un problema mecánico en una carrera, y en la otra, mientras estaba en cabeza, alguien dejó un poco de agua en la pista y yo trompeé. Acabé el día llorando porque siempre estaba acostumbrado a ganar, y estaba muy triste por no haberlo conseguido, pero luego me hice fuerte y decidí luchar por ganar la próxima carrera, que al final fue lo que realmente hice", prosigue.
Todo esfuerzo tiene su recompensa
Es por ello que el piloto neerlandés ha querido hacer hincapié en la pasada temporada, en la cual llegó a abandonar hasta en siete ocasiones, mayormente por problemas relacionados con el motor. Una situación que describe como realmente compleja, pues llegó a encontrarse en un punto en el que tanto el equipo como él parecían no encontrar remedio a estos problemas. Pero finalmente lograron hallar el camino correcto y volver al escalón más alto de la tabla: "No es agradable cuando las cosas no salen como te esperas, a veces hay noches en las que ni siquiera puedes dormir, ya que estás inquieto o desilusionado, pero a la vez piensas que no puedes rendirte. Por ejemplo, en Canadá y Bakú también fue muy duro; no estaba contento, pero el equipo tampoco lo estaba. Todo el mundo hacía todo lo que estaba en sus manos para lograr una mayor fiabilidad, pero no llegaba una solución lo suficientemente rápida. Cada vez se rompía algo diferente, aunque al final logramos cambiar las cosas de manera muy positiva, sobre todo en Malasia, logrando una victoria que fue muy emotiva para mí", ha asegurado.
Asimismo, Verstappen ha ratificado el nerviosismo que experimenta un piloto antes de apagarse los semáforos, aunque este desaparece en el mismo momento en el que comienza la verdadera competición: "Cuando las luces se desvanecen y avanzas hasta la salida estás un poco nervioso, pero solo porque los procedimientos son nuevos en ese instante. Cuando ya estás en carrera, no experimentas nerviosismo, lo único es que sientes cómo te aumenta rápidamente la frecuencia cardíaca", admite.
Entretanto, el piloto de Red Bull ha resaltado de sí mismo el gran nivel de competitividad que ofrece sobre el asfalto mojado, como demostró, entre otros, en el Gran Premio de Brasil 2016: "No quiero sonar demasiado arrogante, pero siempre he creído que era bueno en mojado; siempre me sorprendió que los otros pilotos no encontraran el mejor agarre, ya que en aquella carrera de Interlagos llegué hasta la tercera plaza saliendo desde la parte de atrás. Se trata de encontrar sensaciones, y también de arte", ha expuesto para concluir.