2017 fue para Sauber, una temporada con alta dificultad. El único equipo suizo de la Formula 1 vivió multitud de problemas a lo largo del calendario y continuamente corrieron en las últimas posiciones de la parrilla. Tan solo consiguieron acabar carrera en la zona de puntos en dos ocasiones, y una de ellas sucedió en la loca carrera de Azerbaiyán. Y todo ello en una temporada en la que los cambios en las normativas hacían esperar que la jerarquía variara, pero no fue así, y Sauber no logró alcanzar ese mayor nivel de competitividad que tanto necesitaban. Una combinación de lo que muchas han considerado el peor chasis de la parrilla, un motor Ferrari viejo y un desarrollo insustancial colocaron a Sauber en la cola durante toda la temporada.
Ni siquiera el joven Pascal Wehrlein, el talentoso junior de Mercedes, que se quedó a un paso por detrás de Bottas en ocupar el puesto de Rosberg junto al campeón del Mundo, fue capaz de llevar el coche blanquiazul a la zona de puntos con alguna regularidad. Con la desaparición de Wehlrein de la línea de Sauber, el fichaje de Alfa Romeo y Leclerc, que sustituirá al piloto de Mercedes, cuya participación era incompatible con el proyecto de Sauber, ya que este año está aún más unido a Ferrari, su proveedor de motor, que este año parece haber dispuesto para su equipo satélite un equipaje mejor que el de 2017, la temporada actual puede ser una nueva oportunidad para los suizos de alcanzar un mayor rango en la disciplina.Charles Leclerc se ha unido a Sauber tras dominar por completo la F2. El joven miembro de la academia Ferrari es la gran apuesta de Sauber, ya que muchos comparan al chico de Mónaco con el joven Hamilton que en su momento aterrizaba en la Formula 1 tras dominar también las categorías inferiores. De hecho, la llegada de Leclerc ha dejado fuera al único de los dos pilotos que consiguió buenos resultados la pasada temporada, lo cual coloca a Marcus Ericsson, que sí permanecía en la alineación, en una posición algo complicada.
Cuatro años poco impresionantes
Ericsson no puntúa desde 2017 en la Formula 1. Además, los problemas de Ericsson sobre la pista tienen una vida más larga que su carrera en la Formula 1. En comparación con Leclerc, su participación en las categorías inferiores no es tan impresionante como la de su compañero de equipo. En 2010 llegó a la F2 tras vencer en la Formula BMW UK en el año 2007 y la Formula 3 japonesa en 2009. La F2 apenas le vio vencer tres carreras en cuatro años y un mejor resultado en la sexta posición al final de la temporada 2013. Solo acabó por delante de su compañero de equipo y futuro rival Jolyon Palmer en 2012, ya que fue superado por Sam Bird en 2011 y por el italiano Luca FIlippi en 2010 a pesar de que éste se unió al equipo a mitad de temporada. De todos modos, el sueco consiguió graduarse para la máxima categoría con Caterham en 2014.
Nadie esperaba demasiado de su primer año en la Formula 1, y menos teniendo como compañero al japonés Kamui Kobayashi, que fue el más rápido de los dos, consiguiendo un 11 a 4 en el total de las clasificaciones ese año. De hecho, ni siquiera en Spa puedo acabar en una mejor posición que su compañero de equipo, que en esa ocasión era André Lotteter, quien acabó en la posición número 21, por delante de Ericsson. Aun así, Ericsson sobrevivió a la tempestad y fichó por Sauber para la siguiente temporada. En su primer año con Sauber, luchó junto a Felipe Nasr por conseguir mejores resultados que los del año de su estreno. En clasificación acabó perdiendo el duelo 9 a 10 en el GP de Brasil, pero los resultados en carrera no fueron tan ajustados. Nasr acabó con 27 puntos y Ericsson con 9, con un mejor resultado como octavo ese año, en el Gran Premio de Australia, mientras que Nasr logró acabar hasta dos ocasiones en el top 6.
2016 sí le vio superar a su compañero de equipo, de nuevo el brasileño Nasr, tanto en el total de las clasificaciones como en los resultados regulares durante la temporada, acabando casi siempre por delante. Desafortunadamente para él, Nasr fue quien logró puntuar ese año. Sauber decidió continuar con el joven sueco, y abandonar a Nasr en el camino, para fichar al prodigio de Mercedes, Pascal Wehlrein. La historia con el alemán ya la sabemos, falta ahora observar qué sucede con Ericsson y Leclerc en esta nueva temporada, que puede suponer para Ericsson la más importante de su carrera.
Bienvenida la nueva competencia
Enfrentarse con Leclerc en 2018 parece, para Ericsson, una buena noticia, todo y que, es de esperar que la paciencia de los suizos no dure eternamente. De momento las jornadas de testing de la pretemporada, nos están ofreciendo a un Sauber bastante poco espectacular, pero sí con resultados sólidos. Alfa Romeo Sauber parece estar lejos del nivel de años anteriores, sus nuevos motores Ferrari parecen no estar afectados de altos problemas de fiabilidad. De todos modos, sus tiempos están siendo bastante pobres en comparación con los equipos fuertes, así que probablemente, los puntos serán para Sauber, un objetivo difícil esta temporada, fruto de una estrategia digna de un genio, que pueda llevar a Leclerc o a Ericsson a superar a sus rivales inmediatos.
Cuál sea el desarrollo del equipo suizo está todavía por verse, lo que Ericsson sí espera es que éste sea el año que le vea brillar por fin, y demostrar de qué pasta está hecho el piloto sueco. "El año pasado competí con un compañero que estuvo a punto de sentarse con Mercedes, que al final, sin embargo, acabó con nosotros en Sauber. Y a mi parecer, estuvimos bastante igualados durante la temporada", decía el piloto de 27 años.
"Desafortunadamente, nuestro coche nos ha hecho muy difícil la lucha por los puntos, pero Pascal fue un referente muy positivo para buscar mi propia superación. Charles será, del mismo modo, un referente genial para mí, un punto de comparación para mi desarrollo como piloto. Está considerado como una de las mayores promesas de la disciplina, que estrena su carrera en la F1 este año, y eso es ideal para mí. Por fin puedo demostrar lo que puedo hacer como piloto, y dejar claro mi valor", decía Marcus Ericsson.